DESDE AFUERA

Un hombre con suerte

“A México le está yendo bien, entre otras causas y razones, por el tratado" de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, indicó el presidente Andrés Manuel López Obrador a principios de diciembre pasado, en un reconocimiento que, sin ser extraño, pareció un tanto raro

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“A México le está yendo bien, entre otras causas y razones, por el tratado" de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, indicó el presidente Andrés Manuel López Obrador a principios de diciembre pasado, en un reconocimiento que, sin ser extraño, pareció un tanto raro.

Durante los últimos meses, las relaciones con Estados Unidos han estado dominadas por las controversias a propósito de energía y por el diferendo alrededor del rechazo mexicano a comprar maíz genéticamente alterado.

Pero esos temas son cuestión de abogados, de interpretaciones legales que sería un error llevar al terreno político. 

El hecho es que López Obrador destacó que "México es de los países, si no es que la nación más atractiva para la inversión extranjera, por el tratado con EU y Canadá", un punto de pragmatismo que para suerte del mandatario se sobrepone al ruido y las reservas que, de hecho, provocan declaraciones y actitudes del propio AMLO. 

La realidad de las cosas es que al margen de los compromisos adquiridos en el marco del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), la relación bilateral está gobernada por dos principios extraordinariamente pragmáticos: el acuerdo en estar en desacuerdo, y la formulación de que el gobierno mexicano que sea no puede tener éxito sin considerar los intereses estadounidenses.

Y López Obrador lo sabe.

La realidad es que el vínculo principal de México está en la región norteamericana, tanto por proximidad geográfica como por integración económica y de hecho social: de los 12.2 millones de mexicanos que vivían fuera del país en 2020, 11.75 millones estaban en Estados Unidos y 125 mil en Canadá. El resto se repartía en más de 150 países. 

Y si se recuerda que más de 80 por ciento del comercio exterior mexicano se realiza con sus socios norteamericanos el panorama es más complejo y de lejos más complejo. 

"La cercanía ayuda mucho, la cercanía al mercado. Por eso México es atractivo, porque tenemos pues, es una frontera con Estados Unidos de miles de kilómetros y se trata del principal mercado del mundo", dijo López Obrador. Ese es un hecho económico que implica también un reconocimiento de ventajas –y desventajas– geopolíticas.

Qué implique ese reconocimiento en términos de los diferendos bilaterales está por verse, aunque hay señales de aproximación y concreciones sobre la necesidad de colaboración y cooperación en temas como migración y medio ambiente. 

Y por supuesto, por las posibilidades del nearshoring, o sea la atracción de inversiones productivas motivada por la regionalización de los procesos industriales y de recursos, uno ejemplificado en la producción de autos, el otro en el proyecto Sonora, de generación de energías limpias.

Si los proyectos de inversión se concretan, el gobierno de López Obrador puede terminar con una economía en despegue, aunque limitada por situaciones que no ha sabido, podido o querido resolver. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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