AGENDA LEVANTINA

La estela de Gorbachov en Medio Oriente

Es una figura emblemática y trágica del proceso de descomposición e incertidumbre que se confirmó en el cambio de siglo en esa parte del mundo

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La muerte del exlíder soviético Mijaíl Gorbachov animó debates en todo el mundo sobre su persona y liderazgo. En Medio Oriente, expresaron aprecio Israel, Jordania, Egipto y las monarquías del Golfo; se entiende, pues el entonces nuevo giro de la política exterior soviética con Gorbi se materializó en intentos de acercamiento con esos países. 

Gorbachov tendió la mano a los israelíes tan pronto se convirtió en líder en 1985; autorizó incluso el aumento de la emigración de judíos de la Unión Soviética (URSS) en los años 1987 y 1988, luego en 1991.

La mayoría se fue a Israel, y modificó el rostro de la sociedad israelí. Semanas antes del colapso de la URSS, participó formalmente junto al presidente estadounidense George H. Bush en la Conferencia de Madrid, con la cual debutó el proceso de paz árabe-israelí.

Las relaciones con Egipto registraron una notable mejoría a partir de 1987, cuando el Kremlin le otorgó cierta flexibilidad en el pago de su deuda militar. Moscú estableció relaciones diplomáticas con Muscat y Abu Dabi en octubre de 1985.

Quienes en cambio padecieron la llegada de Gorbachov fueron antiguos socios, como Siria y la Organización para la Liberación de Palestina, a quienes el Kremlin marcó una clara distancia tras su llegada. El entonces presidente sirio, Hafez el-Asad, comprendió muy pronto el giro y se subió al barco de la coalición multinacional contra la invasión de Irak, en 1991.  

Gorbachov es una figura emblemática y trágica del proceso de descomposición e incertidumbre que se confirmó en el cambio de siglo en Medio Oriente.

Vladimir Putin, en el Kremlin desde 2000, deplora la herencia de Mijaíl Gorbachov, pues aceleró el fin del imperio soviético. Pero hacia Medio Oriente en general, y el tema árabe-israelí en particular, la trayectoria de su política resuena con el legado de su némesis.

Así, Putin no se presentó al funeral del presidente sirio, Hafez al-Asad, y hasta 2004, su relación con Siria fue muy distante. Consciente de las dificultades económicas de Rusia, Putin retomó la venta de armamento, al tiempo que exigía a Damasco pagar parte de su deuda, como condición para nuevos contratos.

Putin nunca confió en el líder palestino Yaser Arafat; y el conflicto checheno (y el sesgo antiterrorista) distorsionaron por muchos años la percepción del Presidente ruso de la cuestión palestina.

Fue la política del gobierno estadounidense que llevó a Putin a convertir a Siria en la plataforma esencial de la proyección internacional de Moscú.

Así, pues, la Rusia de Putin asume el "pragmatismo" (sólo cuentan los intereses rusos) y rechaza las preferencias ideológicas y la lógica de las alianzas en Medio Oriente. Fue Gorbachov quien le marcó ese camino.

POR MARTA TAWIL

INVESTIGADORA DE EL COLMEX

MAAZ