Pasión por Correr

La tristeza del corredor

Es un fenómeno que sufre el atleta que acaba de correr para una cita importante, para la que se preparó durante meses, y que se convirtió no sólo en un proyecto y una meta personal, sino en un reto para el que trabajó duro y constante

La tristeza del corredor
Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Seguro quienes lean el título de esta columna pensarán que se refiere a un corredor que pierde una carrera o que se lamenta por no haber llegado a la meta; nada más equivocado. La primera vez que leí sobre “la tristeza del corredor” fue en “De qué hablo cuando hablo de correr” del escritor japonés Haruki Murakami, en donde describe esa sensación de desazón comparable a la depresión, que se apodera del corredor y le hace perder las ganas de seguir entrenando para lograr nuevas metas, a la que también llamó Runner’s Blue.

“Entre el correr y yo se había presentado esa época de pereza y hastío que les llega a muchos matrimonios. Esa época dominada por la desilusión de no ver recompensados suficientemente, los esfuerzos y la sensación de bloqueo, porque esa puerta que debería estar abierta se ha cerrado. Denominé a eso Runner’s Blue, la “tristeza del corredor”. (…) Ya no conseguía localizar en mi interior tan claramente como antes el entusiasmo por “querer correr”. No sé por qué. Pero no podía negarlo. Algo había ocurrido en mi interior”.

Hablar de un corredor que se siente triste, desmotivado o ansioso es de hecho algo extraño, porque lo común es que quienes corren sean personas activas, positivas y, por lo general, alegres y optimistas con la vida, pero existe un momento en el que, toda la vitalidad y energía que nos inyecta la carrera, se tornan en una sensación de vacío, desazón y desmotivación.

La tristeza del corredor es un fenómeno que frecuentemente ocurre después de que un practicante de este deporte ya sea profesional o amateur, acaba de correr una carrera importante, para la que se preparó durante meses y que se convirtió no sólo en un proyecto y una meta personal, sino en un reto para el que trabajó duro y constante.

Cumplido el objetivo y tras la euforia inicial, es común sentirse vacío, perdido, sin saber muy bien qué es lo que se tiene que hacer a continuación.

Detrás puede estar el hecho de haber conseguido los objetivos demasiado rápido o que al disminuir la intensidad del entrenamiento bajen la dosis de endorfinas a las que el cuerpo se acostumbró durante meses. Entonces se comienza a descansar más y a entrenar menos, la flojera y el aburrimiento comienzan a surgir, por lo que se pierde el interés por mejorar, el placer y la diversión. Al no haber un objetivo, no hay logros, entonces el rendimiento baja y eso afecta el ánimo del corredor.

La buena noticia es que la tristeza del corredor o el Runner’s Blue, como la acuñó Murakami es pasajera, pero hay que desarrollar estrategias que permitan contrarrestar los síntomas asociados a este padecimiento.

Yo misma he atravesado por la tristeza del corredor más de una vez, sobre todo, cuando la euforia de haber cruzado una meta se disipa. La viví con toda su fuerza durante los meses de confinamiento por el COVID-19. Todo aquel que corre desde hace tiempo lo sabe o la ha sentido, pero lo más importante es entender que se trata de un proceso normal por el que pasamos todas las personas en muchos aspectos de la vida, no sólo el deportivo.

La mejor forma de superarlo, dicen los expertos, es encontrar en nuestro interior algo que nos mueva otra vez; desde correr para dar más sentido a la vida, mejorar otros aspectos de la salud, meditar en movimiento o establecer objetivos desafiantes como una distancia más larga, correr otro maratón, mejorar un tiempo o trabajar la fuerza en un gimnasio. Es importante también en estos momentos acercarse al equipo y entrenar en compañía.

Reflexiona y encuentra eso que un día hizo que te pusieras los tenis y salieras a trotar, este interesante ejercicio de introspección te ayudará a descubrir nuevas maneras y motivaciones para hacer lo que tanto nos gusta. Cuando al fin las encuentres, estarás listo para salir de nuevo, y correrás con más ganas, con más entusiasmo, sabiendo que la tristeza del corredor es solo un experiencia pasajera y que como en el amor, la pasión se trabaja y se renueva.

POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1

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