Si hay algo que se aprecia en Mesoamérica, en el resto de América Latina y del Caribe, es el valor que tiene un ambiente de paz y seguridad internacionales en la región, en el entorno global.
Por eso, el reciente anuncio chileno de apoyo al avance de la Paz en Colombia y el ofrecimiento de que el país puede ser sede de futuras conversaciones al respecto, ha caído en esta estación de verano en el norte, e invierno en el sur, como agua de mayo.
La relación entre las dos naciones claramente se orienta a ser una factor de paz y estabilidad en la región sur del continente.
Otro elemento significativo y de gran valor. El anuncio se hizo durante la visita de Francia Márquez en su calidad de vicepresidenta electa a la capital chilena, como parte de su gira en Sudamérica, en la última semana de julio, a pocos días de la toma de posesión de este domingo en ocasión de su reunión con el presidente chileno Gabriel Boric.
Ya antes, Gustavo Petro, el presidente electo de Colombia, ha dado muestra de una política exterior incluyente basada en un diálogo plural interno con los nombramientos anunciados como embajadores de su país ante Naciones Unidas y otras naciones, en las que participarán servidores públicos de diferentes administraciones públicas colombianas anteriores.
Este domingo, asume el nuevo gobierno en Colombia. Por primera vez una fuerza articulada de actores políticos y sociales con un enfoque de centro izquierda de estas características asumirá el poder, con un eje principal, Paz Total.
Los signos son de una nueva configuración que romperá en Colombia la continuidad parlamentaria, así como en el poder Ejecutivo. A cargo de la defensa un jurista, de las relaciones exteriores un negociador histórico. Una exministra para el encargo de agricultura, clave en el proceso de paz, un economista experto en economía global al frente de esa cartera.
Un ambiente regional favorable. Ya México es tomado en cuenta en el apoyo al diálogo político venezolano. Otros factores de paz y estabilidad pudieran avanzar en estos días. Los procesos, con todo y las dificultades que encierran, muestran cómo en la región hay condiciones favorables para el diálogo, que existe la voluntad de muchos países de la comunidad.
Cuatro procesos vitales para esa condición de paz, si se considera por un lado, el proceso de reconciliación de la que la Iglesia católica que ha dado muestra reciente en el diálogo con víctimas y autoridades de Canadá, y la visita de la última semana con el papa Francisco, son parte de los nuevos procesos de gobernanza regional.
Y que se está a la espera de lo que la región pueda impulsar en la conferencia de revisión de Tratado de No Proliferación Ne Armas Nucleares en la sede de Naciones Unidas en este agosto. Cuando ha representado históricamente a la región que por primera vez logró el establecimiento y compromiso internacional como zona libre de esas armas.
Sin embargo, otras tensiones y conflictos urbanos y rurales que afectan a las comunidades y los sistemas de gobernanza no necesariamente avanzan en ese sentido, cuando los sistemas de justicia, y lo relacionado con la fortaleza de las instituciones para la protección de los derechos humanos al nivel local, son factores que al igual que resolver la desigualdad, demandan su fortalecimiento.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
@GUADALUPEGONZCH
CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA
PAL