ARTICULISTA

El bolero

El bolero ha demostrado su permanencia en el gusto del público durante más de un siglo, ofreció a las generaciones bellos y mágicos momentos

OPINIÓN

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Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El bolero es un género de la música popular de origen cubano en el cual sus cantantes y compositores han tenido un estrecho vínculo con el pueblo y sus tradiciones. A finales del siglo XIX, el ambiente romántico que se vivía en México y la cercanía con Cuba sentaron las condiciones para que los boleros que llegaban de la isla a Yucatán, encontraran en nuestro país un terreno propicio para su aceptación y desarrollo.

México aportó muchos embajadores al bolero: infinidad de tríos, entre los que merecen una mención especial Los Panchos; orquestas y sonoras como la de Pérez Prado que interpretaba boleros bailables; el bolero ranchero en la voz de Javier Solís; o el bolero romántico de Armando Manzanero que todavía está vigente en la voz de Luis Miguel y otros intérpretes.

La historia del bolero en México no se puede entender sin relacionarla con el cine, sobre todo el referido a la Época de Oro, ya que, así como la radio contribuyó a la difusión del género, el cine ayudó a su consolidación por todo el Caribe, Latinoamérica, España y la parte sur de Estados Unidos.

El escenario en el que se desplegó el bolero es la vida urbana del México de entonces, exhibía una vocación cosmopolita de la vida nocturna, simbolizada por una ciudad viva. El conjunto de películas que representan la vida urbana en esta época sirvieron de marco para la interpretación de boleros, ya sea por orquestas, tríos o cantantes, que aparecían en los centros nocturnos de moda.

Desde 1930, el bolero fue uno de los personajes centrales del cine nacional, tema de múltiples películas, algunas de las cuales llevaron por título el de algún bolero como "Santa" (1930) de Agustín Lara o "Negra consentida" (1933) de Joaquín Pardavé. Ya en décadas sucesivas, cuando acababan los años 60, el bolero perdió adeptos y aun así, tampoco nadie pudo colocarle el certificado de defunción; porque el bolero goza de una característica intemporal, ya que ha marcado una profunda huella dentro de las manifestaciones musicales en México y en toda Latinoamérica, su presencia se siente en nuestro colectivo por el ambiente que impera en nuestra forma de ser y de sentir.

Durante más de 100 años hemos vivido acompañando nuestras vidas con boleros, hemos aprendido a amar y a sufrir a través de ellos. “Hablar de música sin hablar de boleros es como hablar de nada”, dejó escrito Gabriel García Márquez. Siempre fue el Premio Nobel colombiano un apasionado del bolero, al punto que llegaría a confesar que trató de escribir alguno, entusiasmado porque lo animaban nada menos que Armando Manzanero, por un lado, y, por otro, Silvio Rodríguez.

El bolero ha demostrado su permanencia en el gusto del público durante más de un siglo, pues ofreció a las generaciones pasadas y actuales bellos y nostálgicos mensajes, en los que la gente puede identificar aspectos de la vida cotidiana. Asimismo, se ha transformado de acuerdo a las necesidades del público y combinado con diferentes géneros para constituir híbridos que han contribuido a su permanencia.

Por ello, el bolero seguirá presente ya no como una moda, sino como un signo de identidad y como parte del patrimonio cultural de los latinoamericanos, pues fundó un símbolo de igualdad uniendo a los habitantes al sur del Río Bravo, y aún más allá, como punto de contacto entre los migrantes latinos en Estados Unidos y en otras latitudes.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL Y @MUSTWANTEDG

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