En cuatro años que lleva a nivel global la red social china TikTok, son varios casos que se han vuelto mediáticos de niñas, niños y adolescentes que han tenido accidentes o incluso han perdido la vida después de seguir retos que se promueven en esta plataforma.
La noticia más reciente tiene tan sólo unos días. Diferentes medios de comunicación dieron a conocer que un niño británico de 12 años falleció tras un reto viral, el denominado “blackout challenge”.
Aunque los hechos habrían ocurrido en abril, cuando lo encontraron con daño cerebral y lesiones irreversibles, el menor estuvo hospitalizado hasta el pasado 6 de agosto cuando fue desconectado de las máquinas que lo mantenían con el soporte vital.
Los principales usuarios son: población infantil y juvenil, y algunos adultos que gustan del baile, los juegos y retos.
De cerca de mil millones de usuarios en el mundo, 25 por ciento tiene entre 10 y 19 años.
El uso que le da ese grupo a las tecnologías de la información y la comunicación es principalmente para entretenimiento. Por eso no es de extrañar el incremento vertiginoso de 2019 a la fecha.
Las estadísticas señalan que, en Latinoamérica, México lleva la batuta en el número de descargas de la aplicación y también en las cifras de usuarios, quienes se llegan a conectar hasta seis veces al día.
TikTok, conocido en China como Douyin, se lanzó en ese país en 2016, y en 2018 ya estaba disponible en todo el mundo. Los videos cortos no tienen un plazo determinado de reproducción, por eso se pueden ver una y otra vez, viralizándose (algunos de ellos) y formando un bucle infinito.
Como las drogas, TikTok se convierte en una sustancia adictiva con mucha rapidez. Es ver en unos segundos pequeñas historias y momentos, que pasan uno tras otros, segundo a segundo, y después ya estás en otro video.
En el caso de México, como se ha reiterado, no existe una regulación de las redes sociales ni de internet. El sitio de videos, YouTube, por ejemplo, de forma unilateral puede bloquear o eliminar cuentas de “influencers” y otros creadores de contenidos y, por otro lado, cualquiera puede expresar –prácticamente– lo que le plazca.
La supervisión de madres y padres de familia, retrasar el uso de telefonía celular, así como el diálogo y comunicación con niños y adolescentes, permitirá reducir los riesgos para que TikTok y cualquier red social se utilice con responsabilidad y medida.
Parecería que no se pueden prohibir, que en algún momento nuestras niñas, niños y adolescentes se engancharán y tendrán interacción a través de esta red social, pero debemos insistir en acompañar a los menores de edad en el camino tortuoso de las plataformas digitales para evitar accidentes y tragedias como la del pequeño Archie.
Ellos son los más vulnerables.
POR NALDY RODRÍGUEZ
COMISIONADA PRESIDENTA DEL INSTITUTO VERACRUZANO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN Y PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES
TRANSPARENCIA3.0@HOTMAIL.COM
@YDLAN
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