Once niños, un entrenador y su hija vivieron horas de terror este fin de semana mientras viajaban a un torneo de futbol en Zacatecas. En la Carretera 49, en territorio potosino, un comando armado los interceptó, los despojó de sus pertenencias y los mantuvo cautivos en una casa de seguridad. Una experiencia que debía ser motivo de orgullo terminó convertida en una lección amarga, ni siquiera los niños están a salvo.
Según la fiscal de San Luis Potosí, María Manuela García Cázares, los delincuentes liberaron al grupo tras un operativo de búsqueda. Sin embargo, no hubo detenidos.
San Luis Potosí, gobernado por Ricardo Gallardo, y Zacatecas, bajo la administración de David Monreal, comparten más que una frontera: comparten un corredor de miedo y violencia que no respeta edades ni contextos. Estos niños sólo querían jugar futbol. Mientras tanto, las fiscalías prometen resultados que nunca llegan, y los gobiernos estatales siguen sin estrategias efectivas.
¿Cómo es posible que actividades tan simples como un torneo deportivo sean una sentencia de riesgo? ¿Cuántas historias más como ésta se necesitan para que algo cambie? Mientras no haya respuestas, los padres seguirán rezando porque sus hijos regresen vivos, incluso de los viajes más simples.
Y hablando de Zacatecas, Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de Morena, apareció hace unos días en Sinaloa para respaldar al gobernador Rubén Rocha frente a la violencia que azota al estado. El gesto parece más un movimiento político que una muestra genuina de apoyo, sobre todo cuando Zacatecas, su tierra natal, sigue hundido en la violencia, la pobreza y el abandono.
De hecho, Zacatecas está hecho un desastre: homicidios, desapariciones y extorsiones van en aumento, mientras el gobernador no da resultados. La dinastía Monreal ha gobernado el estado como un feudo familiar, sin transformación alguna. Mientras tanto, Ricardo parece más interesado en consolidar alianzas fuera de casa, lo que ha generado fuertes críticas dentro de Morena.
Incluso en San Lázaro crecen los cuestionamientos sobre su manejo político y financiero. Me cuentan que una auditoría a fondo podría estar en puerta para evitar los mismos escándalos que ya enfrentó en el Senado. Además, su liderazgo tambalea: la bancada guinda está muy dividida, y no faltan los rumores de que podría ser removido como coordinador parlamentario en cualquier momento.
Monreal busca reflectores, pero cada vez luce más desgastado.
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En corto.- A propósito de legisladores morenistas, en Aguascalientes, Arturo Ávila, diputado y vocero del partido guinda en San Lázaro, alzó -y le alzaron- la mano en el marco del Foro Legislativo para buscar la gubernatura de ese estado en 2027.
Nos vemos a las 8 por el 8
POR SOFÍA GARCÍA
COLABORADORA
@SOFIGARCIAMX
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