MALOS MODOS

Conacyt seguirá en buenas manos

Esto de que la doctora Álvarez-Buylla siempre no vaya a irse a la SEP lo deja a uno con sentimientos encontrados

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Esto de que la doctora Álvarez-Buylla siempre no vaya a irse a la SEP lo deja a uno con sentimientos encontrados. Por un lado, está una cierta tristeza. La nostalgia por lo no vivido, pues. Imagínense lo que hubiera sido esa revolución de los programas de estudios. ¿Ciencias Sociales, Historia? Nombre. Mejor: “Andrés Manuel, el hombre, el mito”. También, dos semestres dedicados al elote tradicional, en vez de Ciencias Naturales, o lo que sea que sobreviva del pensamiento neoliberal. O una historia de las hierbas curativas, las limpias y el uso de baba de nopal como medicamento oncológico. O “Civismo

1: Aprendamos Derecho con el tío Gertz”. Una pena, caray. Pa’lotra.

Sin embargo, es imposible no alegrarse por el Conacyt y, más ampliamente, por el país. Ya vimos que mi Mari mandó una lanota, de esa que estaba dedicada a la investigación científica, a donde tiene que estar: los proyectos del presidente. Bien ahí, doctora. De eso se trata el sexenio. Muerte a los fideicomisos. Sin embargo, queda un dinerito que seguramente va a encontrar cauces institucionales inapelables. ¡Hay tanto por hacer!

Al margen de mantenerle el Sistema Nacional de Investigadores, justamente, al doctor Gertz; de que podríamos también ofrecérselo al licenciado Bartlett o a Armando Guadiana; de que hace falta encontrarle un uso a los ventiladores Ehécatl, que no parecen aptos para los pulmones humanos, y de que a la vacuna Patria todavía le falta un último jalón (para nada es queja: estoy seguro de que las primeras dosis, si no se les echan a perder, pueden enfrentar eficazmente la ola 412 de covid), hay áreas del conocimiento que la ciencia neoliberal marginó imperdonablemente, como la astrología, la frenología, las danzas concheras, la sangrías con púas de maguey o el regreso al bastón plantador.

Sin mencionar que Cuba necesita nuestra ayuda. Mientras en la isla acaban de ajustar ese modelo insuperable de salud pública con, digamos, sábanas limpias o analgésicos, podemos mandarle la mitad del presupuesto a Díaz-Canel, para que lo administre a criterio. Ya ven que allá también terminaron con la corrupción. A cambio, pueden enviarnos a otros 500 médicos, para que vengan a explicarnos cómo se hacen las cosas.

Así pues, que diosito nos conserve a María Elena Álvarez-Buylla. Más importante aun: que nos la conserve el presidente. Tiembla uno al pensar que a lo mejor, un día, nos amanecemos con la noticia de que el Consejo será dirigido por un general del Ejército. O no, no un general. Como en aquella historia de, me parece, Les Luthiers, y dado el interés de este gobierno bendito por el conocimiento científico, es más probable que anuncien en la mañanera algo como: “A cargo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el sargento Pérez”.

Mientras, sonrían: Conacyt seguirá en buenas manos.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09

MAAZ

 

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