RECUERDOS DE JOSÉ SULAIMÁN...

El deporte une familias y rompe fronteras

Al terminar mi carrera en el ITESM, fui directamente a encargarme de nuestra fábrica de productos médicos para darle libertad total a mi papá, para así atender el Consejo Mundial de Boxeo

OPINIÓN

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Mauricio Sulaimán / Recuerdos de José Sulaimán... / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Hoy 4 de julio cumplo cuatro años de aquel suceso que cambió mi vida. Aquel compañero de escuela del Instituto Ovalle Monday, amigo desde el kínder, mi querido doctor Pablo Orozco, con su maravilloso equipo liderado por el doctor Ortiz de la Peña se encargaron de mí, y hoy puedo disfrutar de una vida a plenitud.

Fui un atleta durante mi niñez y mi juventud. Buen pelotero; el beisbol siempre fue el deporte de los Sulaimán. También jugué mucho futbol, fui buen portero tratando de imitar a mi ídolo Miguel Marín, y todos los viernes en mi casa se daba la reunión de amigos para ponernos los guantes.

Al terminar mi carrera en el ITESM, fui directamente a encargarme de nuestra fábrica de productos médicos para darle libertad total a mi papá, para así atender el Consejo Mundial de Boxeo. Fue entonces que, sin darme cuenta, abandoné mi vida deportiva, sin hacer ejercicio, caí en costumbres no saludables, principalmente la adicción al trabajo; dejé todo a un lado para dedicarme en cuerpo y alma a la empresa y a don José.

TRADICIÓN. Las caminatas son parte de las actividades de los directivos del Consejo Mundial de Boxeo. (Crédito: Especial )

Eventualmente me fui metiendo a ayudar a mi papá en el boxeo, básicamente para quitarle carga de trabajo y, a la vez, disfrutar estar cerca de él. Después llegaron los compromisos que al estar más metido en este deporte se hicieron comunes: las desmañanadas, desveladas, desayunos, comidas y cenas, viajes cortos y largos, y pocas horas de sueño.

Al recuperarme de mi crisis de salud inicié una nueva etapa en mi vida. Volví a conocer la disciplina y, desde entonces, camino la gran mayoría de los días. Entendí la importancia de la paciencia, esa que es ignorada, cuando la desesperación te lleva a romper la disciplina y caer en malas costumbres.

Formé un maravilloso grupo llamado Wellness, en el que amigos y amigas gustan de hacer ejercicio para darle vuelta a sus vidas, en la que se comparten dinámicas, información de salud, y motivan a los demás a no dejar de buscar una mejor vida día tras día.

Mi esposa e hijos me han dado una gran sorpresa al también convertir su día a día con base en el deporte. Christiane ya corrió dos medios maratones, y ahora está entregada al yoga; José va al gimnasio seis días a la semana y lleva una gran disciplina en sus rutinas de pesas. Valeria Mauricio entrenan boxeo cinco veces a la semana. 

Así hemos cambiado las tardes de pizzas y palomitas tumbados en un sillón viendo la tele, por retos deportivos y alimentación sana y nutritiva.

HISTÓRICO. La pelea de Tyson Fury vs. Dillian Whyte rompió récord de las subastas para su organización. (Créditos: Especial)

¿Qué aburrido, ¿verdad? ¿Y los comidones y grandes cenas en mis viajes constantes? El boxeo es una actividad donde todo se resuelve en la mesa. A donde llego, los locales desean agasajarme en los mejores restaurantes de cada ciudad o país, con las bebidas típicas, con más y más comida... No es fácil decir que no o poner un límite, pero hasta hoy voy muy bien. 

El simple hecho de saber que a las seis o siete de la mañana inicia el WBC Walk en cualquier lugar donde me encuentre, pone un freno natural a todos quienes me conocen y a mí; inclusive esa caminata, ya es tradición entre algunos y salimos juntos a darle. Esa frase de: “¡Qué rico caminar por la mañana!” se ha visto en Inglaterra, Ucrania, Italia, Australia,  Japón, Turquía, Albania, Dubái y EU, en ciudades como Las Vegas, Nueva York, así como en muchísimos otros más. 

En las convenciones anuales del WBC se juntan grupos grandes en el lobby para salir a caminar muy temprano antes de iniciar las sesiones del día. Entonces, en verdad, les puedo asegurar que no es aburrida mi vida, todo lo contrario, es de gran satisfacción y motivación no dejarse vencer por la tentación de hacer lo que no es bueno para uno.

Esta semana Josh Taylor decidió dejar vacante el campeonato mundial superligero del WBC. Hace sólo dos meses tenía la gran distinción de ser monarca indiscutido con cuatro cinturones; ahora ya dejó dos de ellos. Declinó pelear con el mexicano José Chon Zepeda, y de esta forma, éste último se va a enfrentar al excampeón José Carlos Ramírez.

Es muy raro ver que un boxeador deje vacante el cinturón verde y oro, sea cual sea su razón, pero le deseamos éxito en su carrera dentro y fuera del ring.

¿Sabías que...?

El WBC instituyó el proceso de subastas para cuando las peleas que son obligatorias y no se logra llegar a un acuerdo entre los promotores se decida así quién gana los derechos de promover dicha contienda.

Este año se dio la cifra más grande de la historia de las subastas, ya que Queensberry Promotions apostó 41 millones 105 mil dólares por la pelea entre Tyson Fury ante Dillian Whyte.

Otra gran regla que el WBC introdujo es determinar un bono de 10 por ciento para el ganador de la pelea, dándole así un interés mucho mayor a los boxeadores para llevarse el triunfo. 

Anécdota de hoy

Salvatore Cherchi, el más grande promotor de boxeo de Italia y uno de los mejores del mundo, visitó México la última semana. He tenido la fortuna de convivir mucho con él, desde 2001, ya que viajó muchas veces a nuestro país para reunirse con mi papá, y atender temas importantes de peleas WBC. 

Me tocó conocerlo de una manera más cercana. Coincidió con el nacimiento de mi primer hijo, José, quien fue nombrado con gran orgullo como su abuelo. 

Para explicarlo mejor, días antes de que naciera estábamos en una comida tradicional de domingo todos en casa de mis papás, y don Jóse viendo a mi esposa Christiane suspiró y dijo: “¡Qué bonito debe ser que le pongan a un nieto el nombre de su abuelo!”. Así no quedó duda en cuál nombre escoger para mi primogénito. Esa historia se la conté a Salvatore y nos reímos mucho, pues fue plan con maña el de mi papá. Un buen día llegó Cherchi y vio a mi papá que estaba cargando a Josecito, se acercó y le dijo: “¿Cómo se llama su nieto? ¿Rafael? “Volteó mi papá, y firmemente pegó en la mesa y señaló: “se llama José“. Salvatore y yo soltamos la carcajada, seguido de mi papá, que captó inmediatamente la trampa.

POR MAURICIO SULAIMÁN
PRESIDENTE DEL CMB
@WBCMORO

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