Explicaré, por la vía de la psicología, un tema político. La verdad es que ya no me tomo en serio los encabezados de los diarios que conocemos como ultraderechairos. Sin embargo, a veces tienen cada ocurrencia, que me hacen sonreír.
Ahora bien… las personas que suelen leerlos y consultarlos, sí les creen al pie de la letra, y eso sí es peligroso. Porque se niegan a escuchar otras voces. Hablemos de la Reforma Energética propuesta por mi Cabecita de Algodón y el Tratado de Libre Comercio llamado T-MEC. Para muchos de los informadores que extraña su chayo estamos al borde del acabose. Y sin embargo el acabose nunca llega.
En serio, más allá de si algunas grandes empresas se han visto obligadas por primera vez a pagar impuestos o pagar el recibo de la luz; la verdad es que la mayoría de esta gente no ha perdido su “bienestar”, que en algunos casos roza los privilegios obscenos. Sin embargo, viven con el alma en un hilo dando por hecho que todo apunta al apocalipsis de nuestra nación. Al fin de los tiempos. Y han elegido a la persona en la silla presidencial como blanco de todos sus ataques y símbolo de la perdición.
Ahora bien, según el doctor Arturo Ortiz, esto es algo muy común en nosotros, los seres humanos. Incluso de forma histórica. Necesitamos ver la tragedia en otro para sentir que por lo menos nosotros ya la libramos. Y tener un “malo cual chivo expiatorio”, a quien achacarle los males de todo lo que sucede alrededor.
Curiosamente después de lograr estas dos cosas, el inconsciente se muestra satisfecho. Por ello se venden tan bien los tabloides que muestran sangre en su portada. Esto se llama la fantasía catastrofista. Estados Unidos nos ha impuesto al malo de la película a lo largo de las décadas.
En la Guerra Fría eran los rusos (a los que llegaban a comparar incluso con extraterrestres malignos). Posteriormente fueron los árabes, los chinos, los narcos latinos y ahora vuelven a ser los rusos. Y esas noticias y columnas que se intitulan: “Biden pierde la paciencia con el T-MEC” o “México gandalla con la energía eléctrica”, de plano vienen de quienes no alcanzan a superar la rola de Chico Ché en la mañanera. Platicando directamente con la tía de todos nosotros, Tatiana Clouthier (secretaria de Economía), ella se mostraba tranquila y me explicaba a través de El Heraldo Radio en mi programa, “que diferencias incluso entre Canadá y Estados Unidos se han dirimido ya muchas veces en los “paneles” propuestos a la hora de la firma de este tratado”.
Así que seguramente esta diferencia “energética”, será un caso igual. Con límites de mutuo acuerdo. Oigan, ¡hasta Francia está renacionalizando su energía!. Seguro lo que ahora los conservadores no van a poder superar son las tres canciones que cantó Amaury Pérez por la conmemoración de la Revolución Cubana donde le dijo a mi Presidente “que los cubanos lo admiran y lo quieren”. Y muchos acá también.
POR FERNANDA TAPIA
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