Malos Modos

Dos semanas de descanso, Presidente, por favor

Nada más le pediría que girara la instrucción a sus colaboradores de que contengan un poco la verborrea... como regalo vacacional

Dos semanas de descanso, Presidente, por favor
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Señor Presidente: estamos de vacaciones. Bueno, usted y yo no, pero el país, en general, está de vacaciones. En ese contexto, y en consideración a lo que estoy seguro de que es una necesidad compartida por toda la ciudadanía, aprovecho para hacerle una solicitud respetuosa, fraternal, humanista: ¿nos daría un descanso? Mire usted los últimos días y, porfa, póngase en nuestro lugar, el lugar del “pueblo bueno”. 

Se levanta uno tranquilo, se sirve un café, dispuesto a olvidar por un rato que murieron 14 marinos o que están a punto de terminar con la selva, y ¡bum!: reaparece López-Gatell. 

Y reaparece con las palabras más dignas de terror que puede escuchar un mexicano: que hay “una desaceleración” en los contagios. Ya sabemos lo que pasa cada que el Doctor Muerte dice “desaceleración”, ¿verdad, señor? Carnicería. Esta vez, aparte, esas palabras vienen después de otras, de Claudia Sheinbaum, dignas también de helarle la sangre al más templado: “Así luce esta noche el Zócalo de la Ciudad de México, 110 mil personas al ritmo del rock y el ska de la Maldita Vecindad”. 

Sí: concierto en el Zócalo, gratis pa’ la banda, con 31 mil contagios al día. Vuelvo a mi punto: denos un descanso. No digo que paren el Tren Maya, dejen de boicotear el Aeropuerto Benito Juárez o interrumpan los actos de campaña. No, por favor. 

Nada más le pediría que girara la instrucción a sus colaboradores de que contengan un poco la verborrea, o sea, de que sigan con los destrozos pero por, digamos, un par de semanas, como regalo vacacional, lo hagan con cierta discreción. Porque mire usted: no habíamos terminado de asimilar lo de Gatell cuando se nos dejó venir Alcocer, el Tata Antivacunas, por aquello de que los jóvenes pasantes de medicina que tienen que ir al último rincón para el servicio social, bueno, se juegan la vida. 

“En este caso concreto hubo una situación como ustedes saben, o por lo menos es lo que en los medios se conoce, de violencia”, así dijo el Tata, donde “la situación” fue que un grupo de criminales asesinó a tiros a un doctor. Y remató: “No es aconsejable el que se suspenda ese proceso de formación tan importante que tienen los médicos jóvenes... 

Pero sin embargo (sic) pues se revisan las condiciones de seguridad… No podemos dejar de lado los sitios… que no tengan condiciones no del todo seguras”. Vaya, que a seguirse muriendo por la patria, vino a decir el secretario. 

Hay muchas heridas de bala que atender y muchas autopsias que llevar a cabo, supone uno, pero híjole. ¿Me explico, Presidente? ¿Ve la necesidad de un mini voto de silencio? Porque, además, escuchamos también a su esposa proponer que a los sicarios, para que le bajen a la mala vibra, les regalemos libros, y la verdad es que “Librazos, no balazos” ya está muy pasado, señor. Ándele, dos semanitas. Se pasan volando. 

POR JULIO PATÁN

COLUMNISTA

@JULIOPATAN09 

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