Llama la atención la desfachatez y el cinismo con los que Layda Sansores y Mario Delgado desafían al Estado de Derecho.
Puede uno no estar de acuerdo con las prácticas del lenguaraz Alito Moreno, pero la burla con la que presentan audios obtenidos de manera ilegal para golpearlo y la forma en que la gobernadora dio a conocer que tuvo acceso a los packs de diputadas del PRI hablan de violaciones sistemáticas a la ley. Existen denuncias por ambos casos, pero ningún posicionamiento de la 4T. Nadie da una explicación. Por el contrario, el dirigente de Morena se mostró con una caja de palomitas antes de ver el espectáculo de cada semana de Layda, denominado Martes del Jaguar.
Y, por la forma tan burda con la que actúan, da la impresión de que es a propósito, que la persecución contra Alito es pirotecnia pura. Y si no es así, hasta un aprendiz de penalista podría tirar el caso en los tribunales.
Pero así como llama la atención el papel de la 4T, también genera suspicacia el hecho de que Moreno Cárdenas no tenga aliados en su partido. Está en la orfandad política.
El tricolor vive una revuelta, encabezada por algunos de sus expresidentes y hasta por su coordinador en el Senado, Miguel Ángel Osorio.
La polarización fue evidente cuando el titular de la UIF, Pablo Gómez, reveló que existe una investigación contra el expresidente Enrique Peña. Sólo Alito y López Obrador lo defendieron. Y esos que tienen en la hoguera al presidente del PRI guardaron silencio, a sabiendas de que mucho le deben a Peña.
Además, son los mismos que en su momento criticaron a Alito por su supuesta cercanía con AMLO.
Ahora, no hay manera de defender a Alito si se comprueba todo lo que se dice de él, pero no debemos dejar de mirar a los lados. Quienes lo cuestionan también tienen cola muy larga.
El miércoles, por ejemplo, se dio a conocer que Gerardo Sánchez Sansores, hijo de Elsa Margarita Sansores y sobrino de Layda, está involucrado en actos de corrupción
Según audios difundidos en redes sociales, habría pedido al menos 80 millones de pesos por licencias de construcción y uso de suelo, en la zona de Pedregal, durante la gestión de su tía como alcaldesa de Álvaro Obregón.
Gerardo es pieza clave en los ataques contra Moreno, porque trabajó con él en Campeche. Conocía a detalle sus movimientos y al final lo dejó. Trabajó con su tía, llevándose la información. Pasó de la confidencialidad a la traición. Y por esa razón, desde el tricolor, preparan una denuncia en su contra, porque, a pesar de que no tiene un cargo en Campeche, es quien mantiene el control de la comunicación del gobierno estatal con la empresa WORGCORP, de la cual es socio el actual titular de la Unidad de Comunicación, Walther David Patrón.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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