COLUMNA INVITADA

MÉXICO – EE. UU. Relaciones peligrosas: economía, política e ideología

México pasa sin ver. Ahí el pecado que estamos pagando, pero del que todavía no sabemos el precio

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

México pasa sin ver. Ahí el pecado que estamos pagando, pero del que todavía no sabemos el precio. El ejemplo de este jueves es la relación bilateral con Estados Unidos sobre la que no hay secreto: ante el cambio de régimen (del que muchos siguen pensando es solamente discursivo), imposible mantenerla igual.

Así, tenemos aciertos como la demanda impulsada por Marcelo Ebrard en contra de los fabricantes de armas que tienen consecuencias y vale la pena pagarlos. Otros de los cuales aún no conocemos el resultado, como la búsqueda del liderazgo latinoamericano que podría tener un alto costo, sobre todo si vive en las palabras, posiciones histórico - políticas y no hay propuestas económicas concretas.

Tres temas valen la pena sumar al análisis del caso. Primero, El presidente López Obrador no es el primero en intentar poner ese tema en la agenda del continente. Históricamente San Martín y Bolívar lo hicieron en el Cono Sur. En los 60’s organismos internacionales como la Cepal, el BID y Aladi hicieron cosas concretas. Además, ha sido tema de pensadores políticos como Rodó en Uruguay (crítico de la cultura norteamericana), Perón en Argentina y Gertulio Vargas en Brasil (a favor de la intervención estatal en la economía y el nacionalismo económico).

Fuera del romanticismo de compartir un idioma, las ganas de pertenecer, y la pobreza y desigualdades como denominador común, el tema no ha sido relevante en México. Para muestra el TMEC que es lo que ha pesado y sigue pesando, porque, hasta ahora, a los mexicanos nos ha interesado más parecernos a Estados Unidos que a Latinoamérica.

Habrá que analizar a mayor profundidad el impacto que está teniendo en otros países del continente este intento por liderar la agenda de integración. En principio y de acuerdo con personas estudiosas del tema, no lo es así, por ejemplo, en Argentina.

Segundo, dime qué googleas y te diré quién eres. De acuerdo con Google Trends data y el análisis de Anders Sundell (@sundellviz), Estados Unidos es el país que más googleamos los mexicanos. Pero también, México es de los países más buscados por los norteamericanos en la mayoría de los estados, competimos con India. Las excepciones: los conflictos bélicos, por ejemplo, Irak, Afganistán y ahora Ucrania.

Tercero, la integración México – Estados Unidos, ya está dada y la celebramos cada que se publican datos sobre remesas. Los espacios de discordia solo están en el concepto de inversión / utilidades, temas laborales, y el desconocimiento de muchos empresarios y directivos de corporativos sobre cómo administrar la relación con el presidente López Obrador en su régimen.

Además, no es contagiosa a Latinoamérica por una sencilla razón: la política migratoria de Estados Unidos y México. El sueño americano es lo que sucede o sucedía en territorio americano, no la idea de que lo que sucede ahí se traslade a nuestros países.

Más allá de si el Estado Mexicano está defendiendo o no regímenes con fuertes debilidades democráticas, está lo que los ciudadanos de este país queremos de la relación con nuestro vecino y principal socio comercial. Hoy, esa se ve desde el sur del país y está justificada en las enormes desigualdades dentro de nuestras fronteras, pero el norte sigue pesando y mucho.

El desarrollo y crecimiento económico está en disminuir las desigualdades, no en acrecentarlas en función el pensamiento político. En el catolicismo, el que peca y reza empata; en política y economía genera pobreza.

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ

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