DESDE AFUERA

Trump, en su propia trampa

El reporte sobre su actitud en la toma del Capitolio pudieran exacerbar a su oposición entre indecisos y centristas

OPINIÓN

·
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Estuvo Donald Trump dispuesto a encabezar el asalto al Capitolio que sus partidarios lanzaron el 6 de enero de 2020 para evitar la certificación de la victoria electoral de Joe Biden?

Esa sería en parte una conclusión de las declaraciones hechas el martes por Cassidy Hutchinson, que fue la asistente principal del exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, y alguien con evidente acceso a información y a los rumores internos.

Pero al mismo tiempo, sería una parte que el propio Trump quisiera que fuese olvidada en estos momentos.

El expresidente sabía que muchos de los manifestantes del 6 de enero estaban armados, pero aun así quería que se quitaran los detectores de metales para facilitar que sus partidarios llegaran al parque detrás de la Casa Blanca, una zona conocida como la Elipse.

"No me importa una mierda que tengan armas, no están aquí para lastimarme a mí", dijo supuestamente.

Trump estaba furioso porque los agentes del Servicio Secreto no lo llevarían al Capitolio después de su discurso en la Elipse y supuestamente se abalanzó sobre su jefe de seguridad y el volante del vehículo, testificó Hutchinson que le dijeron después del incidente.

Trump negó el incidente, pero el qué tanto entre sus partidarios como entre sus críticos haya una predisposición a considerarlo como posible, es una señal de la reputación del exmandatario, que como empresario era conocido por reaccionar de forma exagerada ante posibles reveses.

En cualquier otra circunstancia Trump, que es lo que los estadounidenses llaman un "pollo halcón", esto es un político duro, militarista, pero que evadió el servicio militar cuando le tocaba hacerlo, habría aceptado el señalamiento quizá hasta con gusto, como muestra de su machismo y su fuerza de carácter.

Pero en las actuales circunstancias señalaría también su disposición a  rechazar las reglas que no le convienen y hasta la posibilidad, como en este caso, de prácticamente encabezar un intento de golpe de Estado y lanzarse contra el mismo sistema que permitió su llegada a la Casa Blanca. 

El hecho es que sin importar cuanto le pueda agradar la primera imagen, Trump podría encontrarla políticamente negativa cuando su influencia parece tan profunda que nadie duda de que los republicanos sean "su" partido, pero el reporte sobre sus actitudes del 6 de enero de 2021 pudieran exacerbar a su oposición entre indecisos y centristas.

Los trabajos del comité del 6 de enero han puesto muy en claro que Trump sabía que no había habido fraude electoral y que el propio mandatario y sus ayudantes fomentaron la ilusión de una derrota por un enorme fraude electoral.

Los relatos sobre su temperamentalidad y su disposición a participar en una asonada, al grado de llamar por el linchamiento de su vicepresidente, Mike Pence, pueden o no afectar la imagen de Trump y dañar sus prospectos de ganar la candidatura presidencial republicana en 2024, pero son preocupantes desde cualquier óptica.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

MAAZ