COLUMNA INVITADA

Transición energética, una política de estado

Se adoptó el compromiso global para producir 50 por ciento de vehículos de cero emisiones para 2030

OPINIÓN

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Manuel Rodríguez González / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ante la amenaza que representa para el planeta el cambio climático, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador ha demostrado ante la comunidad internacional que México tiene como imperativo irrenunciable la transición energética, al presentar un decálogo de acciones para contribuir a la reducción de gases efecto invernadero.

Durante su participación en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima organizado por el gobierno de Estados Unidos, ratificó el compromiso de producir para 2024, 35 por ciento de energía con fuentes limpias y renovables.

De esta manera, México, que solamente genera 1.2 por ciento de las emisiones se pone a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático, causado principalmente por el sistema energético de los países más industrializados basado en combustibles fósiles.

Lo anterior, también se constata con el indicador de la participación de las energías renovables en la matriz de energías primarias, cuyo porcentaje de México de 10.3 por ciento, supera al de los países de Estados Unidos y China que registran 6 por ciento.

Las energías limpias renovables integradas por la generación de centrales hidroeléctricas, eoloeléctricas, geotermoeléctricas, fotovoltaicas, plantas que utilizan bioenergéticos y la generación distribuida fotovoltaica, en conjunto su generación se ha incrementado en 7.4 por ciento de 2018 a 2021; como resultado de la nueva política de Estado en materia energética, enfocada en la autosuficiencia y la transición energética del país.

En el marco de los esfuerzos para lograr la autosuficiencia de combustibles, con la modernización del Sistema Nacional de Refinación, instalación de una planta coquizadora en Tula, Hidalgo, y una más en Salina Cruz, Oaxaca; así como la entrada en funcionamiento de la refinería Olmeca en Tabasco y la adquisición de una más en Texas, el presidente López Obrador redobla los esfuerzos para combatir el calentamiento global.

A lo que hay que agregar la modernización de 16 plantas hidroeléctricas para incrementar la producción anual de energía limpia en mil 85 giga watts/hora; y la reducción de 98 por ciento de las emisiones de gas metano en los procesos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Además, se adoptó el compromiso global para producir 50 por ciento de vehículos de cero emisiones para 2030; así como la construcción del parque fotovoltaico en Puerto Peñasco, Sonora, con una capacidad de generación de mil mega watts.

También se promovió la inversión privada extranjera para generar mil 854 mega watts de energía solar y eólica; y a través del programa de reforestación Sembrando Vida, en un millón de hectáreas se absorberá cuatro millones de toneladas de dióxido de carbón.

Por todo lo anterior, resulta contradictorio, por no decir infame, que los partidos políticos que impidieron elevar a rango constitucional la Transición Energética, evitaron que el litio fuera considerado mineral estratégico y negaron la posibilidad de aumentar a un mega watt los permisos de generación distribuida; ahora utilizan a las energías renovables como bandera política, tratando de tapar el sol con un dedo al desconocer e ignorar los resultados y esfuerzos del actual gobierno en la lucha contra el cambio climático.

POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ENERGÍA DE LA LXV LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN

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