Columna invitada

¿El regreso del trueque?

La inflación y la interrupción en las cadenas de suministro de alimentos y energéticos puso a muchos países en crisis

¿El regreso del trueque?
Rodrigo Benedith / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México

La inflación y la interrupción en las cadenas de suministro de alimentos y energéticos puso a muchos países en crisis, y la peor manifestación de ésta es la escasez. Países como Argentina, que padecen al mismo tiempo altas tasas de inflación y carencia de combustibles, pero que también son grandes productores de alimentos, podrían optar por sacarle la vuelta al sistema financiero y realizar intercambios directos de materias primas; en este caso particular, Argentina podría intercambiar directamente granos y carne por combustibles.

En la historia reciente, los países que se “independizaron” durante la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y otros como Cuba, Irán o Serbia, que padecieron bloqueos o embargos; o todavía más reciente, países de Asia, durante la crisis alimentaria de 2007-2009; todos, en las diferentes etapas, recurrieron al trueque, es decir, al intercambio directo de productos o materias primas para sortear, en cada caso, la falta de liquidez en sus economías.

Cuba, en la década de los 90, pagó cargamentos de petróleo con azúcar, y leche en polvo con puros. Por su parte, Corea del Norte pagó granos con metales. En 2009, el ministro de Comercio de Malasia declaró que realizaría tratos de intercambio, que incluían aceite de palma y fertilizantes, con Marruecos, Jordania, Siria, Irán, Cuba, Rusia y Corea del Norte. Y ese mismo año el gobierno de Tailandia utilizó su producto estrella: el arroz, para obtener a cambio hidrocarburos de países del medio oriente.

La semana pasada Argentina reportó una inflación interanual de 58%, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) le pronostica una inflación del 72% para el cierre de este año; al mismo tiempo, este país lleva semanas con problemas en el suministro de diésel.

Esta combinación de factores creó un clima de tensión social que incluso ha causado paros de transportistas, con lo que paradójicamente afecta a uno de sus principales sectores económicos y salvavidas de su economía: el sector agroexportador. Tan solo un día del paro de transportistas afectó la distribución de 450,000 toneladas de granos.

Con prácticamente todos los países buscando suministro continuo y a costos accesibles de alimentos y combustibles, no sorprendería que aquellos países productores de alimentos cambien su modelo de comercialización de venta directa al mercado, en el que después, con el dinero obtenido, salen a comprar —también al mercado— combustibles y viceversa, por un modelo de trueque (o swap como le dicen los financieros) de unos por otros.

Una vez más, las crisis muestran las costuras del endeble sistema de comercio internacional y la cadena de suministro. Y si bien no hay ningún análisis serio que promueva la autarquía, sí hay cada vez situaciones que le dan la razón a los países que promueven de todas las formas posibles sus sistemas de seguridad energética y alimentaria, que pasan por alejarse de las posturas radicales de libre mercado sin regulación.

POR RODRIGO BENEDITH
Experto en Política Económica e Internacional
@RoBenedith

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