ANÁLISIS

Ahí está el detalle

El regalar dinero de los mexicanos a otros pueblos, sobre todo en época de inestabilidad y crisis económica, no es bien visto por la mayoría

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nadie puede negar lo exitosa que resultó la gira por Centroamérica y el Caribe para el presidente López Obrador. No escatimaron en halagos, fueron tres días llenos de camaradería y de buenas intenciones. Si los resultados pudieran medirse en función de la cordialidad expresada, tal vez estamos frente al mayor logro de política internacional en la historia nacional, de ese tamaño las alabanzas. 
      La generosidad del gobierno mexicano fue la constante, se anunció el aumento del gasto público en programas sociales que operan en El Salvador, Honduras y Guatemala, así como la cancelación de aranceles en las importaciones de alimentos provenientes de Belice. En suma, se gastará más dinero de los mexicanos en ayudas a territorios extranjeros y se dejarán de percibir ingresos por el cobro de algunos impuestos. 

En las declaraciones del Presidente no todo fue amabilidad, también hubo reclamos para Estados Unidos, al que acusó de  no brindar la ayuda necesaria a las naciones centroamericanas para acabar con los problemas de pobreza y migración. Con esta dualidad es como debe entenderse el verdadero motivo de las acciones anunciadas; no sólo se busca el liderazgo de la región, sino también limitar la influencia de EU.

¿Para qué? Pues para lo que se ocupe en su momento, todo dependerá de las circunstancias, sobre todo de la forma en que se desarrolle la sucesión presidencial, pues, desde ahora, esa es la prioridad del gobierno. En principio no parece una mala idea el fortalecimiento del liderazgo mexicano en Latinoamérica, pero hacerlo a costa de la confrontación con nuestro principal socio comercial deja más dudas que respuestas, ¿cómo reaccionarán ante tales declaraciones?

La apuesta del Presidente es alta y los fines que persigue son fundamentales para su gobierno, sólo así puede entenderse que esté dispuesto a desairar al gobierno estadounidense en acciones que ni siquiera son apoyadas por muchos de sus seguidores en el país. El regalar dinero de los mexicanos a otros pueblos, sobre todo en época de inestabilidad y crisis económica, no es bien visto por la mayoría, el Presidente lo sabe, y está dispuesto a asumir las consecuencias.

La generosidad es un rasgo distintivo de buenos hombres y de buenos gobiernos, la intención de coadyuvar en el desarrollo de la región es loable, pero hacerlo con dinero público que pudiera ocuparse para atender necesidades nacionales es lo cuestionable. Otorgando el beneficio de la duda, posiblemente dichas acciones repercutan en beneficio de los mexicanos, en cuyo caso hace falta más información para generar una opinión distinta.
         A pesar de ello y en lo inmediato, la reciente gira representa un triunfo político para el Presidente, su imagen hacia el exterior se ve fortalecida. El usar el capital político obtenido en beneficios tangibles para nuestro pueblo es apremiante, pues de no hacerlo, puede convertirse en otro elefante blanco que representará un gasto infructuoso. Ahí está el detalle, en explicar más allá del discurso de hermandad, de qué nos servirá el gasto millonario en ayudar a los países centroamericanos.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

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