DESDE AFUERA

A la sombra del rey Canuto

En el México "de antes" no era raro encontrar colonias, generalmente populares, o calles, con el nombre del Presidente en turno

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La cortesanía se asocia generalmente con reyes, emperadores y ahora, simplemente con los poderosos. Y ciertamente es un método de avance personal que a veces funciona. Pero acaba por avergonzar al cortejado y al cortejador.

La historia tiene grandes mitos y lecciones, como la de Canuto el Grande, un rey del siglo XI que gobernó partes de Inglaterra, Dinamarca y Noruega.

Cuenta la leyenda que cansado de la adulación de sus cortesanos, el rey les ordenó llevar su trono a la playa, donde sentado a la orilla del mar ordenó repetidamente a la marea que no le mojara los pies. Las olas, por supuesto, no hicieron caso. Y Canuto demostró que no era todopoderoso.

Es una gran parábola sobre el poder y sus adornos.

Para bien o para mal, la adulación al poderoso y el culto a la personalidad del líder son parte de un cortesanismo que supuestamente no debería existir en sociedades con un cierto grado de desarrollo democrático.

Pero ocurren, más frecuentemente que no en gobiernos verticales, con inclinaciones autoritarias.

Después de todo, la idea de adornar al líder con todas las virtudes posibles, de la infalibilidad a la bondad absolutas y la genialidad política suprema, no es nueva. Baste ver títulos que adornaron a muchos presidentes africanos durante el último siglo.

"El Sol rojo que ilumina nuestros corazones" y "El Padrecito" fueron agregados a los nombres de dirigentes en China y Corea del Norte.

Más aun, la idea de identificar al líder o su pensamiento con la patria es una tentación siempre existente. Luis XIV de Francia decía ser el Estado, pero hoy se supone que los gobernantes son servidores del estado, no su encarnación.

El dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo era "Padre de la Patria Nueva" en cuyo nombre sus fieles asesinaron, encarcelaron y torturaron a quien se le opusiera.

El nicaragüense Anastasio Somoza (padre), el fundador de la dinastía, fue señalado alguna vez como "Somoza, Timonel del Estado Patria, sustentáculo de la Democracia Rooseveltiana".

Su sucesor, Daniel Ortega, uno de los líderes de la revolución que derrocó a la familia Somoza, es considerado como un dictador con intenciones de crear un nuevo régimen dinástico en Nicaragua y sus seguidores hicieron modificaciones legales que permiten identificar a los opositores políticos como "traidores a la patria". En el México "de antes" no era raro encontrar colonias, generalmente populares, o calles, con el nombre del presidente en turno; en el "de ahora", hay colonias o calles Andrés Manuel López Obrador en, por lo menos seis estados del país, incluso la capital y el vecino Estado de México, pese a expresiones contrarias del propio mandatario.

AMLO ha afirmado que su gobierno protagoniza un cambio histórico y algunos de sus leales, en afán de cortesanía, aseguran que es "el mejor presidente del mundo" y acusan a sus opositores de "traidores a la patria".

Pero la verdad, esos veredictos corresponden a la historia. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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