Clausurar obras emblemáticas, impulsar reformas en materia de seguridad (sobre todo la ley de la Guardia Nacional) y modificar el esquema del sector público de salud, así como importar sus programas sociales a Centroamérica, son las tareas que Andrés Manuel López Obrador se propuso para lo que resta del 2022 y parte del 2023, antes de que arranque formalmente la sucesión presidencial.
Tan claras tienen sus prioridades que podría pensarse incluso que la reforma electoral, anunciada ayer, es parte de los fuegos de artificio para desviar la atención sobre cosas de fondo (como el impacto ambiental por el Tren Maya), mientras él camina sin obstáculos rumbo al cierre de su gestión.
En el caso de las obras insignia, desde Palacio Nacional me dicen muy convencidos que no se moverá ni un ápice. Lo demostró con el AIFA, mientras que Dos Bocas y el Tren Maya, se entregarán en la fecha prometida.
La primera, en julio de este año; y la segunda, en diciembre de 2023, pese a la falta de estudios de impacto ambiental en algunas zonas y la férrea defensa de activistas, lugareños y artistas.
En cuanto al tema de seguridad, el apremio de AMLO está en la incorporación de la Guardia Nacional a la Sedena, por lo que en breve enviará su iniciativa.
Incluso, no descartemos que este proyecto se convierta en moneda de cambio con la reforma electoral; es decir, en un eventual jaloneo legislativo, como se prevé, la 4T podría ceder en la electoral para dar paso a la reforma de la Guardia Nacional, porque es una prioridad del mandatario y una promesa a las fuerzas armadas.
Con tal de lograrlo, esta vez sí tendría que ceder, como no lo hizo con la eléctrica, más cuando ya vio de lo que es capaz la oposición en el Congreso.
De hecho, me dicen que la referencia que hizo el presidente en torno a los traidores a la Patria, fue en un contexto histórico más que como una instrucción a Morena para iniciar una campaña contra diputados opositores. Esa fue la razón por la que los morenistas al final le bajaron. Al presidente no le gustó.
Por lo que hace al tema de salud, la decisión de AMLO fue reducir presupuestal y operativamente al INSABI. Todos los esfuerzos serán concentrados en el IMSS, de Zoé Robledo, incluso, para absorber los servicios de salud en los estados.
El mandatario quiere cerrar su gestión con una cobertura más amplia del Instituto en todo el país y empeñará hasta lo imposible para conseguirlo, como también lo hará con la importación de sus programas sociales.
Y es que López Obrador quiere pasar a la historia como el gran transformador de México, aunque también, con una visión bolivariana, quiere trascender en Latinoamérica con la importación de sus programas sociales.
Esa es la razón por la que visitará Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador, del 5 al 9 de mayo. Donde revisará los acuerdos de cooperación para que México lleve sus programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo Futuro.
Proyecto redondo de AMLO para los próximos dos años. En México y otros países, ya tiene claro cómo quiere cerrar su gobierno. Va derecho y no se quita.
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De no creerse. Las compras consolidadas de la 4T regresaron de Hacienda a la Función Pública. Tres años después volvieron al esquema que tenían los neoliberales Fox, Calderón y Peña.
Y, por otro lado, habilitaron a la Secretaría de Hacienda para atender temas electorales.
La Agencia Nacional de Aduanas, a cargo de Horacio Duarte, y a UIF, a cargo de Pablo Gómez, participaron en la elaboración de la Reforma Electoral.
Es sabido que ambos personajes son expertos en la materia; luego, entonces, ¿qué hacen donde no hacen leyes electorales? Pues leyes electorales.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Cuando la necesidad está de vuelta, olvide las bonitas sillas y los hoteles lujosos. Hay prioridades.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
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@ALFREDOLEZ
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