COLUMNA INVITADA

Azul Cobalto

No es novedad que desde la sociedad civil, la iniciativa privada o la Academia se suplan lo que deberían ser obligaciones del Estado

OPINIÓN

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Manelich Castilla / Colaborador / Opinión El Heraldo de México

No es novedad que desde la sociedad civil, la iniciativa privada o la Academia se suplan lo que deberían ser obligaciones del Estado. En materia de seguridad pública, muchos esfuerzos se han realizado para incentivar el buen ejercicio de la función desde estos sectores. Bien analizando carencias, modelos de desempeño o contrastando mejores prácticas.

Daniel Gómez – Tagle es analista, investigador y consultor especializado en equipamiento policial y militar a nivel internacional. Cuenta con16 años de experiencia en 15 países de 3 continentes. Brinda asesoría a gobiernos para el diseño y armonización de leyes, reglamentos, manuales y protocolos para la fuerza pública y sobre aspectos técnicos para la selección, adquisición, despliegue y mantenimiento de equipamiento para control del orden público, según se puede leer en su perfil de Linked in.

Sin embargo, esa semblanza no describe lo que considero su más relevante aportación a la causa de la seguridad pública. Recientemente ha emprendido un proyecto del que vale la pena hablar, denominado “Azul Cobalto”. Dicho proyecto comprende una herramienta de análisis que, entre otras cosas, revindica a miles de policías muertos en servicio entre el año 2017 y la actualidad.

Tiene, entre otras funcionalidades, un análisis hemerográfico de 2,487 muertes policiales en México, que el autor ha dividido en cuatro rubros: accidentes, homicidios, suicidios y causas naturales. Una primera revisión deja testimonio de una realidad inconcebible.

De las 2,487 muertes documentadas en Azul Cobalto, 2070 han sido por homicidio; 300 por accidente, 90 suicidios y solamente 27 por causas naturales. Dicho de otra manera: en México mueren más policías asesinados que por cualquier otra razón en el desempeño de su función.

Las muertes policiales en servicio no tienen un comportamiento homogéneo en la región. En Estados Unidos, por ejemplo, en 2021 se alcanzó el récord histórico de 485 muertes policiales, un incremento del 55% con relación al año inmediato anterior. Sin embargo, las causas de dichos decesos se diferencian de las ocurridas en México en que de 485, solamente 62 fueron asesinatos, 58 en accidentes de tránsito y 301 por otras causas, destacando los fallecimientos por COVID19, según datos del Fondo Conmemorativo Nacional de Agentes del Orden Público de Estados Unidos.

Otros esfuerzos importantes han realizado organizaciones de la sociedad civil, como Causa en Común, para documentar y dar seguimiento a las muertes policiales. Sin embargo, Azul Cobalto agrega un rubro poco usual en las herramientas de análisis: efemérides y un pase de lista respectivo, tan simbólico y liberador al interior de las fuerzas del orden.

En tiempos violentos, las muertes policiales pasan inadvertidas. Como si se hubiera normalizado que ser policía es sinónimo natural de muerte a destiempo.

Azul Cobalto, más allá de la herramienta de análisis que pudiera llegar a ser, cumple ya con un propósito: humanizar la pérdida de quien protege y sirve.

Por ese solo hecho, vale la pena su existencia. Ojalá que Azul Cobalto llegue a ser un referente para honrar a quienes ofrendaron su vida por las mejores causas de la seguridad y a sus familias.

POR MANELICH CASTILLA
COLABORADOR
@MANELICHCC

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