LA CURUL CIUDADANA

No es festejo, es recordatorio

Como muchos otros temas, el agua también es un asunto de corrupción, uno de los más fructíferos

OPINIÓN

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Jorgina Gaxiola / La Curul Ciudadana / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En el mundo hay una demanda excesiva de agua y cada vez es menos su disponibilidad. No se trata solamente de desabasto, sino de enfrentarnos a una real escasez. Según la Organización de las Naciones Unidas, hay dos mil 200 millones de personas sin acceso al agua potable.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda (INEGI, 2020), en nuestro país residen un poco más de 126 millones de personas. Según el investigador y exdirector del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Manuel Perló Cohen, cerca de 10 por ciento de la población no tiene acceso al agua potable (Gaceta UNAM, 2019). La entidad más poblada es el Estado de México, con casi 17 millones de habitantes, le sigue la Ciudad de México con más de nueve millones. Como lo señala Greenpeace, el Sistema Lerma Cutzamala provee 32 por ciento del agua al Valle de México, lo demás se hace mediante vías subterráneas y pozos (https://www.youtube.com/watch?v=pM0UzytBvHY). No hay agua que alcance.

Una de las principales promesas que hacen las y los candidatos a las diputaciones locales, federales, presidencias municipales, y gubernaturas es la del abastecimiento constante del agua. El político que quiere ganarse el puesto debe, sin lugar a dudas, referirse a una solución. Siempre, sin excepción, se comprometen a que no faltará nunca más. Sin embargo, en cuanto llegan al poder es la primera gran mentira que no pueden sostener.

Como muchos otros temas, el agua también es un asunto de corrupción, uno de los más fructíferos. Para poder construir, desde una casa habitación, hasta grandes torres de oficinas, departamentos y centros comerciales, tanto las personas físicas como morales, necesitan permisos de construcción. El político que pretende ganar una elección debe encomendarse a los desarrolladores, quienes con gusto financian la campaña política a cambio del otorgamiento de tales permisos.

Aunque el pretexto es la generación de empleos y consumo en el sistema económico a través del sector de la construcción, ninguna de estas millonarias inversiones nos devuelve el agua. Las inversiones inmobiliarias consisten en millones y millones de pesos (o dólares), ni los inversionistas ni los políticos van a dejar pasar una gran oportunidad de negocio por cuidar el agua, ¿verdad?

Estimado lector, ¿conoce usted algún gobernante que no esté vinculado con algún inversionista inmobiliario?

En 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano al agua y al saneamiento, a su vez considerado indispensable para la realización de todos los demás derechos de las personas. ¿Tenemos derecho a desperdiciarla? ¿A no pagarla?

Por cierto, estimado lector, ¿recuerda usted estas palabras? ¡Ya ciérrale! ¡No la riegues! https://www.youtube.com/watch?v=R621jtlBvP0.

Ayer fue 22 de marzo, Día Mundial del Agua.

POR JORGINA GAXIOLA
JORGINAGAX@GMAIL.COM
@JORGINA_GAXIOLA

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