LA CURUL CIUDADANA

Dictadores sí, diputados no

López Obrador está muy molesto por los comentarios de los diputados del Parlamento Europeo... pero él sí interfiere cuando se trata de gobiernos ilegales

OPINIÓN

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Jorgina Gaxiola / La Curul Ciudadana / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Principio de No Intervención. El origen de esta política nos traslada a principios del siglo XX cuando los movimientos sociales/ políticos que se autoproclamaban como gobernantes buscaban, a través de las potencias extranjeras, el reconocimiento como gobierno legítimo en el territorio mexicano.

 Considerada una práctica que menoscababa la soberanía de los estados, quien fuera secretario de Relaciones Exteriores, Genaro Estrada, durante la presidencia de Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), envió una nota diplomática a los embajadores mexicanos en donde indicaba que México no emitiría juicios sobre las actividades que llevaban a cabo los gobiernos extranjeros dentro de sus fronteras.

Se trataba de frenar la práctica de “reconocimiento” o “no reconocimiento” mediante la cual México se limitó a mantener o retirar a sus diplomáticos según fuera el caso. Desde entonces, este principio se conoce como la Doctrina Estrada. Debido a múltiples guerras y movimientos sociales como lo fueron la Revolución rusa; la guerra civil en España; el fin de la II Guerra Mundial; las anexiones coloniales económicas y territoriales durante la Guerra Fría; la contención del comunismo y el ascenso de cruentas dictaduras militares en América Latina, así como la guerra de Vietnam y Corea, llevaron a que el mundo, incluyendo a nuestro país, se uniera bajo un solo paraguas legal, basado en el derecho internacional. México se ha supeditado a instancias supranacionales, basándose en el principio de reciprocidad, mediante el cual reconoce tres condiciones fundamentales que se refuerzan a través de la fiscalización y la observancia mutua: 1) el mantenimiento de la paz y la seguridad, 2) el respeto a los derechos humanos y 3) la preservación de la democracia.

Por ejemplo, en la Sociedad de las Naciones; la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos; la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana. Ningún país del mundo se ha probado autosuficiente, la interacción entre Estados es inevitable. El intercambio internacional —comercial, político, migratorio, financiero y cultural— se ha basado principalmente en sistemas políticos democráticos, generando la interdependencia que conforma un mundo globalizado del cual ninguna nación puede considerarse ajena.

El presidente Andrés Manuel López Obrador está muy molesto por los comentarios de los diputados del Parlamento Europeo. Sin embargo, él sí mandó a recoger a Evo Morales en un avión de la fuerza aérea mexicana. Acogió a Nicolás Maduro en su toma de protesta y apoyó el las elecciones en Nicaragua para sostener a Daniel Ortega en el poder, a pesar de su ilegalidad. Él sí interfiere cuando se trata de gobiernos ilegales y con un gusto particular por los dictadores, diría yo.

POR JORGINA GAXIOLA
JORGINAGAX@GMAIL.COM
@JORGINA_GAXIOLA

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