En esta historia de las Broncofirmas que hoy tiene al exgobernador Jaime Rodríguez Calderón en el penal de Apodaca, destaca el cinismo con que Samuel García festeja el hecho.
El gobernador naranja de Nuevo León calentó el ambiente con el tema como si se tratara de un reality show.
Comenzó con su conferencia, anunciando sin sonrojo alguno: “Somos un gobierno incorruptible…, quien la hizo, la paga”.
¿Qué? ¿Quiénes? ¿Cuándo? ¿Cómo?
Ah, pues, “como quien robó del dinero público a los favoritos, a los sobrinos y a sus amigos, como a sus campañas, va a ir a la cárcel, porque ya basta de que jueguen y saquen a nuestro estado”, anunció el de Movimiento Ciudadano.
Luego aparecería en su cuenta de Twitter esta sentencia: “Ser incorruptibles empieza por no robar, por castigar a los que robaron y desviaron el dinero de Nuevo León a sus campañas.
“Y aquí ya empezamos”, apuntó Samuel García, con las etiquetas al calce #NuevoLeónIncorruptible #Broncofirmas.
Para entonces –mediodía– comenzaba a filtrarse la detención de El Bronco al salir de un rancho. La información indicaba que se daba cumplimiento a una orden de aprehensión dictada por un Juez de Control de Nuevo León, por presuntos delitos electorales.
Tal presunción se confirmó inicialmente, cuando el propio gobernador subió a su cuenta de Instagram este apunte: “4 años y 4 meses tardamos, pero al fin lo logramos. #BroncoFirmas #NLincorruptible”.
El exsenador, efectivamente, presentó una denuncia en julio de 2018 por el presunto desvío de recursos públicos por el caso de las firmas para contender a la Presidencia de la República. Cerca de las cuatro de la tarde, El Bronco ingresaba al penal de Apodaca y Samuel celebraba en grande.
La impudicia de esta historia es el cinismo con el gobernador actual sentencia y se regodea con la detención de su antecesor, cuando él mismo se enredó bien y bonito –por decirlo suavemente– con las increíbles explicaciones sobre el financiamiento de su campaña a la gubernatura.
¿Recuerdan que involucró hasta a su madre y hermanos, junto con empresas sospechosas en una triangulación de recursos?
¿Habrá olvidado que por estas trácalas Movimiento Ciudadano, su partido, fue sancionado apenas en septiembre del año pasado con más de 28 millones de pesos?
Por ello indigna la desvergüenza con que Samuel García festeja ahora la aprehensión de su antecesor –no tiene autoridad moral para ello–, en lugar de guardar respeto, con sobriedad, a la aplicación de la ley.
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POR MARTHA ANAYA
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