RUMBO POLÍTICO

La posición de México en la invasión a Ucrania

La Doctrina Estrada ha permitido que, en lugar de convertirnos en un potencial actor generador de violencia, abonemos a la paz, desde México y ahora desde la ONU

OPINIÓN

·
Arturo Ávila / Rumbo Político / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A propósito de lo que ocurre actualmente en Ucrania, vale la pena señalar que nuestro país siempre se ha caracterizado por abordar posiciones pacifistas en momentos de conflicto entre los países.

México siempre se ha pronunciado a favor de la autodeterminación de los pueblos, de la resolución pacífica de las controversias, de la igualdad jurídica de los Estados, así como del respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz. Así se establece en el artículo 89 de la Constitución.

Durante el siglo pasado, nuestro país fue un importante mediador de los conflictos internacionales, participó de manera activa en el desarme nuclear durante la Guerra Fría, en la búsqueda de la paz en los conflictos armados en Centroamérica y en la desnuclearización de la zona. De hecho, nuestro país fue impulsor del Tratado de Tlatelolco, que promovía que América Latina y el Caribe fuera la primera zona libre de armas nucleares en el mundo.

México, siempre ha desempeñado un rol muy importante y sensible en los equilibrios en el orbe.

Esta postura ha librado a nuestro país de recibir propuestas para ser partícipe de invasiones o actos de

guerra en contra de otros países. Esta posición cobra aún más sentido si tomamos en cuenta que nuestro vecino del norte sería el principal objetivo. 

La Doctrina Estrada ha permitido que, en lugar de convertirnos en un potencial actor generador de violencia, abonemos a la paz, desde México y ahora desde un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU.

En el marco de lo que sucede en Ucrania, el gobierno mexicano condenó enérgicamente la invasión de Rusia, rechazó el uso de la fuerza militar y llamó a un cese al fuego inmediato que permita una salida diplomática y que proteja a la población, además de apoyar al Secretario General de las Naciones Unidas en su difícil tarea en este momento. 

En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el representante mexicano, Juan Ramón de la Fuente, con anterioridad había señalado que deben privar la diplomacia preventiva y el diálogo como vías de la distensión, además de adherirse al principio de no intervención y a la solución pacífica del conflicto. Ante la

situación que se vive, las naciones deberán actuar con prudencia y encontrar una solución pacífica a través del diálogo y la diplomacia.

Este conflicto no es nuevo. Desde 1991, cuando se disolvió la Unión Soviética y Ucrania obtuvo su independencia, el país ha mantenido lazos estrechos con Rusia, sin embargo, las tensiones incrementaron en 2014, cuando Rusia impulsó un movimiento separatista a través del cual logró que Crimea se volviera parte de su país. 

La respuesta de Ucrania se ha sustentado en fortalecer su alianza con Occidente e intentar formar parte de la OTAN, lo que Rusia considera como una amenaza para su seguridad. Adelantar el desenlace no es una tarea sencilla, ante ello, vale la pena reflexionar sobre algunas de las posibles implicaciones. Desde que comenzó el conflicto, el precio del petróleo Brent alcanzó un máximo que no se presentaba desde 2014, superando la barrera de los 100 dólares por barril. En el caso del precio de otras materias primas ocurrió algo similar, ya que Rusia es el segundo exportador de gas natural, además de ser uno de los principales proveedores de aluminio y cobre, y el más grande exportador de trigo. 

El alza en estos precios puede traer consecuencias negativas, aunado al aumento de la inflación que trajo la pandemia, así que habrá que estar atentos a las posibles consecuencias.

POR ARTURO ÁVILA ANAYA
ARTUROAVILAANAYA@GMAIL.COM
@ARTUROAVILA_MX

PAL