TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

‘Pausa’ en la obra pública

Esperemos que las Cámaras y Asociaciones que se involucran en obras públicas impulsen el cambio, para que todos ganemos, el Ejército regrese a su actividad y la construcción retome su camino

OPINIÓN

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Manuel García García / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La noticia de que el gobierno pone en “pausa” las relaciones con España, por el “abuso” de algunas empresas de ese país, en proyectos de inversión en temas eléctricos y de concesiones, es una declaración polémica.

No estoy en contra de la inversión de capital, pero, creo que sería sano y saludable para la industria poner en “pausa” también a las firmas constructoras de la nación europea que participan en las licitaciones de obras públicas.

En este caso, ellos no invierten, sino que de alguna manera, al permitirles participar y “ganar”, sus obras serán pagadas con los impuestos de los mexicanos.

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Es decir, crecen a costa del presupuesto de infraestructura, desplazando a la industria nacional no por su experiencia, sino por el apoyo que les otorga el gobierno español.

Los empresarios mexicanos se vuelven subcontratistas, los cuales casi no sobreviven por la falta del pago de las empresas ibéricas y por los precios con los que se trabaja.

La industria mexicana de la construcción, en los años 80 y 90 tenía la capacidad de edificar 100 por ciento los proyectos de infraestructura que el país requería; inclusive, ICA, en su momento, se instalo´ en España para competir y licitar obras en esa nación, pero le cerraron el paso el gobierno y las compañías; en cambio el gobierno mexicano abrió las puertas a las constructoras, con los resultados que tenemos hoy a la vista.

El proyecto ejecutivo del Tren Toluca–CDMX (Observatorio) fue conceptualizado por firmas españolas, sin el conocimiento físico de la zona, el cual, como lo observamos todos, es un desastre la ruta que trazaron, a tal grado que a la fecha no se puede terminar.

Muchas de las negociaciones y cierre de contratos se hacían o se hacen en la nación europea, entre las empresas de esa región y el gobierno mexicano, comiendo bien y viajando como rey, con vinos Vega Sicilia.

Competir ante este entorno de negocios con los españoles se ve difícil. Se señala en nuestro sector que la “conquista” de las constructoras inicio´ 20 años atrás.

Teniendo como resultado la pérdida de las grandes empresas nacionales, las que han sobrevivido a las firmas españolas son las pequeñas y medianas que siguen padeciendo los efectos de la “conquista” en el sector de la construcción.

Dudo mucho que algún día lleguemos a ser lo que fuimos como industria nacional, ¡tener la capacidad y orgullo de construir cualquier obra o proyecto, nosotros los mexicanos!

Como lo señaló siempre el ingeniero Bernardo Quintana Arrioja, fundador de ICA, un año antes de su muerte en 1984, ¡estamos listos para construir el México del mañana!

Hablando de obras y proyectos, comentaba en uno de mis artículos, que coincidía con el decreto del Presidente “de interés público y seguridad nacional” en sus planes, en el sentido de quitar obstáculos burocráticos en los procesos y ordenamientos que se le han colgado, sin ningún beneficio a la Ley de Obras Públicas.

Señaló lo anterior, porque al ver que esta´ próximo a inaugurarse el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en el tiempo comprometido por el Ejército, gracias a contar con los recursos económicos en tiempo y sin la burocracia cotidiana que existe hoy en día en la mayoría de las dependencias que realizan obras.

Siento que esto no es casualidad, el de lograr que el Ejército cumpla su objetivo, sino es una fórmula “mágica” que existe para terminar los proyectos.

Lo hemos señalado en foros, reuniones y acuerdos que las obras se construyen con dinero y con precios de mercado “justos”; el Ejército ya lo confirmo´ en la próxima inauguración de la terminal aérea.

En cambio, al comparar lo que le sucede a la SICT, para la conectividad del aeropuerto, van atrasadas, por la falta de recursos; es decir, no hay pagos oportunos a las empresas en tiempo y forma, como lo marca la ley, sumado al “viacrucis” de la burocracia que existe hoy en día en los ordenamientos que se establecen en la obra pública con las compañías, funcionarios y dependencias, tenemos como resultado, el atraso de los proyectos.

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Por lo que nuevamente hacemos un llamado al gobierno para que le entre a revisar cómo si´ lograr que las obras se cumplan en forma y tiempo, dentro del marco actual de la ley, para seguir los pasos de éxito del Ejército del país.

Esperemos que las cámaras y asociaciones que se involucran en las obras públicas impulsen el cambio necesario para que todos ganemos, el Ejército regresando a su actividad y la industria mexicana de la construcción retomando su avance; ¡será..!

POR MANUEL GARCÍA GARCÍA

Director general de Simas, consultoría en infraestructura

MANUEL.GARCIA@SIMAS.COM.MX

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