Durante más de 50 años las diversas fuerzas políticas de oposición al partido de Estado buscaron por muy diversas vías su incorporación a la vida pública de este país, inclusive el desarrollo de movimientos armados en la década de los 60 y 70 tenía como demanda principal acabar con autoritarismo del PRI y poder tener el derecho de presentar a la ciudadanía una visión distinta del partido-gobierno que detentaba el poder público en aquellos años.
El nacimiento del Partido de la Revolución Democrática se da como consecuencia de la lucha por “abrir” el sistema a otras fuerzas políticas, principalmente de izquierda. En los primeros años de vida de nuestro partido hubo más de 500 personas asesinadas vinculadas a crímenes políticos en contra de militantes del PRD. Con la lucha en las calles y en el poco espacio político dentro del Congreso de la unión, congresos locales y gobiernos municipales, la oposición acompañó la exigencia política para que los derechos políticos en este país pudieran ser respetados por las autoridades, empezando por el derecho al sufragio libre: votar y ser votado.
La construcción del primer Instituto Federal Electoral (IFE) en los años 90 viene a terminar de fondo una historia de fraudes electorales desde la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en la época del presidente Calles. La creación del IFE significó que, de manera paulatina, a través de Reformas Pactadas entre la oposición y el Gobierno se fueron creando las condiciones de competencia, equidad, igualdad, certeza y transparencia para poder desarrollar procesos electorales creíbles tanto para los actores políticos, como para la ciudadanía, el respeto al voto fue haciéndose una realidad cada vez más cotidiana.
Por supuesto, después de cada elección federal, el sistema electoral era sometido a una revisión rigurosa para poder llevar a cabo modificaciones que permitieran corregir los errores que se hubieran detectado en el proceso electoral anterior; reformas para el acceso a radio y TV, para no utilizar los programas sociales con fines electorales, revisar el origen y gasto del dinero que utilizaban los partidos y candidatos, los cómputos electorales, las causales de nulidad de una elección, la intervención de los gobiernos en las elecciones y un sinfín de temas importantes.
Todas y cada una de las reformas electorales de gran calado fueron Pactadas entre la Oposición y el Gobierno, quien presentaba las propuestas a la mesa eran las oposiciones, nunca como ahora fue el gobierno en turno en solitario quien presentara e impusiera los cambios a realizar. Todas estas reformas pactadas permitieron que hoy López Obrador pueda gobernar desde la presidencia y que su partido tenga más de 20 gobernadores.
Lo más terrible la reforma electoral impuesta por el Presidente es que busca que el árbitro este capturado y en manos del gobierno (como lo fue durante el priíato). Pretende echar abajo décadas de lucha política y traiciona la memoria de los mártires asesinados por tener una democracia verdadera en el país. Hoy López obrador traiciona al país y pretende imponer de manera unilateral las reglas del juego para sólo su partido Morena sea beneficiado de estas nuevas reglas electorales que se votaron al vapor en la Cámara de Diputados, sin conocimiento, ni debate alguno.
Las y los ciudadanos salimos a marchar el 13N para defender las instituciones que generan la certeza de que el voto ciudadano se cuente bien, y que los siguientes gobiernos sean legítimos y legales a través del sufragio universal. Regresar a manos del Gobierno el proceso electoral es la muerte de las libertades y de la frágil democracia que hemos podido alcanzar como país. Las reglas del juego deben pactarse y aceptarse por todos y todas, jamás imponerse.
POR ÁNGEL ÁVILA
REPRESENTANTE DEL PRD ANTE EL INE
@ANGELAVILAPRD
PAL