DES... PROPÓSITOS

México en Qatar: Nuevo desengaño

Nuevamente, la selección mexicana de futbol deja a millones de aficionados sumidos en la tristeza

México en Qatar: Nuevo desengaño
Agustín García Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

La última participación del equipo en Qatar ha dejado mucho que desear: un empate ante el representativo de Polonia, una dolorosa derrota ante el siempre poderoso seleccionado argentino por 2-0 y finalmente, en su tercer y decisivo partido, un triunfo ante Arabia Saudita por 2-1, insuficiente para lograr la calificación a la fase de octavos de final. 

En resumen, la peor actuación del equipo mexicano en un mundial desde 1978.

Hoy sucede lo de siempre, se buscan culpables de pantalón largo, se reclama que el entrenador no era la persona apta para dirigir el equipo, que algunos de sus integrantes no deberían haber sido seleccionados por su falta de nivel, de experiencia, por su edad, que los jugadores no tuvieron un periodo de entrenamiento lo suficientemente largo para acoplarse unos con otros, que se careció de un equipo de apoyo adecuado de psicólogos, terapeutas físicos, etc.

La realidad del futbol en México es que está fincado sobre una estructura defectuosa administrada por las empresas dueñas de los equipos, que actualmente son en su mayoría, televisoras, las cuales más que buscar llevar espectáculo y entretenimiento a los aficionados persiguen como objetivo  maximizar sus utilidades. 

De aquí que el real contenido futbolístico sea descuidado dando prioridad al tema de las mayores ventas y utilidades. 

A manera de ejemplo, en el pasado se tenía un campeonato de liga que duraba aproximadamente un año, el cual era ganado por el equipo que a lo largo de dicha temporada había logrado la mayor cantidad de puntos, en tanto que el que había tenido la mayor cantidad de derrotas descendía a la segunda división permitiendo con ello que el que había logrado el campeonato de ésta subiera a la primera. 

De hace unos años para acá, y con la mira de mayores utilidades para los dueños de los equipos y sus anunciantes, se decidió que era mejor hacer dos campeonatos semestrales donde no sólo no sería campeón el que más puntos hiciera al finalizar el torneo, sino que se escogerían a los ocho de mayor puntuación para volver hacer un mini torneo, con estadios a reventar y grandes aforos de televidentes, de donde saldría el campeón de ese torneo semestral, y , de nuevo, iniciar un segundo campeonato al siguiente semestre, es decir, dos en uno, con las consecuentes utilidades para la federación y los dueños de los equipos.

Asimismo, se ha permitido a los equipos la contratación de un gran número de jugadores extranjeros, muchos de ellos reciclados, algunos de ellos que fueron buenos y famosos, se ha cancelado la participación de equipos mexicanos en campeonatos internacionales regionales como la Copa Libertadores, la cual era un gran torneo para evaluar el nivel del futbol nacional, y poco se hace por capacitar futbolistas mexicanos para que salgan al extranjero.  

Hoy, ésta mal llamada “industria del futbol”, que más bien es el latrocinio del futbol, involucra a cientos de intereses de muy diversos tipos a los que deja anualmente brutales ganancias que benefician a las grandes  empresas  transmisoras de eventos deportivos, sus anunciantes, etc., pasando a un segundo, o tercer plano, la calidad del futbol que se vende. 

La problemática que se vive en el negocio del futbol en México requiere de una cirugía a fondo, en la que, entre otras medidas, prohíba la semi oligopolización del espectáculo de parte de empresas de la televisión, además de regular su participación; se exijan ciertos requisitos profesionales y de conocimientos de los dirigentes de la federación y se nombre un representante gubernamental - contralor-, que supervise sus finanzas y utilidades. 

Urge hacer a un lado los intereses mercantilistas que han encontrado en este nicho una verdadera mina de oro.

Los últimos resultados en Qatar son verdaderamente vergonzosos, cuyo responsable no es el director técnico –por cierto de medio pelo, quién se va con un costal repleto de dólares–, ni el grupo de jugadores que integraron el equipo.

La descalificación de la selección mexicana en la primera ronda es producto de una federación de futbol  sin una estructura clara de trabajo y seriedad, que básicamente responde a los intereses de un grupo de empresas cuya finalidad es el lucro, a las que poco importa la afición y frustración de millones de seguidores del equipo nacional. 

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA POLÍTICO

MBL

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