El 12 de diciembre de 1822, José Manuel Zozaya presentó al presidente James Monroe, los documentos que le acreditaban como Ministro Extraordinario y Plenipotenciario del Imperio Mexicano ante el gobierno de los EUA. California, Texas, Nuevo México, Arizona, Utah, Nevada y parte de Colorado formaban parte de México. Zozaya y sus sucesores informaron sobre los afanes expansionistas del nuevo país.
Las relaciones bilaterales pasaron por momentos de entendimiento y otros profundamente dolorosos. En 1836, Texas se independizó, alentada por colonos como Austin y Houston, que provenían de estados esclavistas del sur. Texas se unió a los EU en 1845. En 1846, EU invadió México. Con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, nuestro país perdió la mitad de su territorio.
Se han producido cambios profundos en la relación, quizás el más importante sea la comunidad mexicana y de origen mexicano en los EU que alcanza ya los 36 o 38 millones de personas. Es una de las más dinámicas en materia económica y social. Crecientemente educada, bilingüe y bicultural, su influencia se hace sentir en la cultura, la alimentación, la vida urbana. Los trabajadores mexicanos son esenciales en la sanidad, en la agricultura, los servicios, la construcción.
La interdependencia en materia de comercio e inversión es innegable. México es el primer socio comercial de los EU y el comercio bilateral anual alcanza casi 700 mil millones de dólares. El crecimiento del comercio se debió a la suscripción en 1994 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y, a partir del 2020, del TMEC.
EU es el principal inversionista en México y las inversiones mexicanas en EU han aumentado en los últimos años. Más de 5 millones de empleos en EU dependen de la relación con México. El turismo en México crece sobre todo por los estadounidenses.
Las necesarias y espinosas relaciones bilaterales en materia de seguridad pasan por uno de sus momentos más difíciles. La seguridad nacional de México está indisolublemente ligada a la de los EU y, a la vez, la seguridad nacional de los EU está vinculada a México. La línea entre la cooperación, el intercambio de inteligencia y el intervencionismo es siempre delgada y fácil de transgredir, en especial en lo que se refiere al combate al crimen organizado y el tráfico ilícito de armas, drogas, dinero y personas.
Por estas y otras razones, que el espacio no permite enlistar, estamos destinados a entendernos. Somos un matrimonio en el que no cabe el divorcio. Los vínculos familiares, sociales, culturales, económicos, educativos van a crecer y no disminuir.
De ahí la necesidad de compartir valores y principios, tener una visión común de futuro de la que en este momento se carece. La defensa de la democracia en ambos países, la protección de los derechos humanos, la lucha contra la desigualdad, la corrupción y el cambio climático son las bases para ese futuro común y compartido.
POR MARTHA BÁRCENA COQUI
EMBAJADORA EMINENTE
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARTHA_BARCENA
MBL