APUNTES DE GUERRA

La Marcha

Se preguntará, tal vez, por qué diantres el Presidente decide embestir contra el organismo electoral en los dos años cruciales del final de su presidencia

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Para cuando usted vea este texto, querido lector, lectora, ya se habrá formado una opinión acerca de la marcha programada para hoy en defensa del Instituto Nacional Electoral. Habrá también ya decidido si participará o no, si está o no de acuerdo con sus motivos y si se siente o no cómodo con las organizaciones e individuos que la convocan y con los que se han sumado, o colgado, de ella.

Independientemente de lo que haya usted decidido, déjeme expresarle mi respeto si va a marchar, mi respeto si va a observarla a la distancia, y también si usted considera que no quiere/puede/debe asistir porque no está de acuerdo con la causa o con quienes la han hecho suya.

Si es usted como yo, estará tentado a desdoblarse, a ir y no ir simultáneamente, a apoyar y criticarla, a verle los pros y los contras porque le gusta, como a mí, complicarse la vida pensando, cuestionando y preguntando para no equivocarse o para equivocarse lo menos posible.

Se preguntará, tal vez, por qué diantres el Presidente de la República decide embestir contra el organismo electoral en los dos años cruciales del final de su presidencia, cuando sus índices de aprobación, y la intención de voto de su partido, están en niveles altísimos y la oposición está fracturada, fragmentada. 

Si las encuestas muestran que Morena tiene con qué ganar, y holgadamente, las elecciones de 2023 y 2024, ¿para qué querer cambiar al árbitro y a las reglas del juego?

¿Para qué darle a la oposición una bandera en torno a la cual tratar de unirse nuevamente? ¿Para qué alimentar los peores temores (o las peores leyendas) de las clases medias que llevan años escuchando que él es un enemigo de la democracia y que buscará perpetuarse en el poder? 

Citando al clásico de clásicos, Juan Gabriel, ¿pero qué necesidad?

Ahora bien, puede ser que ustedes sean curiosos por naturaleza y que les haya dado por ver de qué va el planteamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador. Y que, al revisarlo, se encuentren con algunas cosas aberrantes y otras que no lo son tanto: someter la elección de consejeros electorales al voto popular a mí me parece un despropósito, porque se trata de que sean imparciales. 

Pero, en cambio, la idea de reducir el número de senadores y diputados, y que estos últimos sean electos por listas de representación proporcional suena muy razonable. Y de reducir las “prerrogativa$” de los partidos mejor ni hablemos. 

En cuanto al INE, lo defiendo porque me parece una institución indispensable para la democracia mexicana, pero eso no quiere decir que esté yo de acuerdo con todo lo que hace ni como lo hace: ni el protagonismo de Lorenzo Córdova ni la actitud pendenciera de Ciro Murayama me parecen encomiables. 

Creo que el mecanismo actual de selección de consejeros es clientelar y atiende a cuotas partidistas. Estoy convencido de que podría ser mucho más eficiente en sus gastos, más ágil en sus resultados, más representativo de la diversidad. Pero no por ello debe desaparecer ni verse disminuido o cooptado, de ninguna manera.

En resumen, queridos lectores, defendamos todos la democracia y los valores en que se sustenta. 

Hagámoslo dialogando, debatiendo, evitando la caricatura o la descalificación fácil. Y recordemos que la democracia se construye, y se defiende, con demócratas. 

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

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