Lo que sucede en el campo mexicano debe ser tomado muy en serio, más aún, por la dependencia económica de ciertas regiones del país de su sector primario y en especial el vínculo existente con las exportaciones de productos agroalimentarios.
Durante 2020, México se colocó como el octavo mayor exportador de productos del campo en el mundo con un valor de 41 mil millones de dólares; cerveza, aguacate, tequila, mezcal y hortalizas encabezan la lista.
Ante este escenario, la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, que preside Luis Eduardo González Cepeda, hace un serio llamado a la autoridad sobre el aumento desmedido en el uso de plaguicidas y fertilizantes piratas. Los industriales del sector tienen detectados dos tipos de modus operandi en la comercialización de agroquímicos ilegales; el primero lo desarrollan empresas que acceden a sustancias activas de países como China o la India de manera ilegal burlando las normas sanitarias que aplican dentro de las aduanas, una vez con la sustancia en su poder la procesan, envasan y etiquetan, evitando los más de 120 trámites y métodos de análisis que exigen las autoridades reguladoras.
La segunda es más delicada y se observa con la operación de bandas del crimen organizado que roban por encargo el transporte –una especie de huachicoleo fitosanitario–.
El negocio ilegal de los plaguicidas en México tiene un valor estimado en cuatro mil 700 millones de pesos, para ponerlo en perspectiva, significa el doble del presupuesto anual de la Semarnat durante 2021, algo aún más grave, hasta noviembre del año pasado el gobierno mexicano tenía habilitadas a sólo seis personas para supervisar alrededor de siete mil 500 negocios de agroquímicos en todo el país, además de los espacios comerciales dentro del sector informal que difícilmente son verificados.
Al cierre de 2021 se registraron alertas fitosanitarias en el contenido de diversos productos de importación, de los que cerca de 54 por ciento de estos llamados se dieron en productos como el nopal, chile jalapeño, cilantro, chile serrano, papaya, chipotle y tuna. La austeridad que pregona el gobierno podría traer consecuencias negativas a un dinámico sector de la economía nacional.
LAS OTRAS OPORTUNIDADES
El crecimiento del comercio electrónico ya se refleja en los nuevos proyectos de los desarrolladores inmobiliarios, quienes ahora ven en las bodegas un nicho de negocio para el almacenamiento y la logística de artículos que se venden en línea. Gus Marcos, empresario inmobiliario y socio de Grupo DAGS, destaca que algunas superficies industriales se venden a través de las plataformas digitales. Este segmento creció 11 por ciento durante las dos últimas semanas de 2021, en comparación con el año anterior, indican datos de Adobe Analytics. Para el empresario las zonas industriales se ubican en la periferia de Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México.
POR JAIME NÚÑEZ
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