DESDE AFUERA

De diplomacia y diplomáticos

Algunos ven acomodos de personajes que no tienen o han tenido vínculos con temas internacionales y cuyo perfil los capacita para muchas cosas

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

De creer a la Secretaría de Relaciones Exteriores, los miembros del Servicio Exterior Mexicano estarían encantados de que en la última ronda de nombramientos les hubieran dado siete de 15 designaciones.

Más bien hay desaliento. Sí, hay beneplácito por algunos ascensos y nombramientos, pero las asignaciones anunciadas el lunes sólo conformaron la creciente marginación de los diplomáticos de carrera en favor de personas afines al régimen.

Salvo alguna excepción, las principales embajadas de México en el mundo están, o se espera que estén, en manos de personajes ligados al gobierno, sea por conveniencia política, militancia propia o amistad con alguien de la administración.

Los nombramientos políticos no son nada nuevo, sin embargo, la escala en que ha ocurrido durante este gobierno parece sin precedentes. 

Más aún, algunos ven acomodos de personajes que no tienen o han tenido vinculación con temas internacionales y cuyo perfil los capacita para muchas cosas, pero no los hace necesariamente buenos diplomáticos.

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En un rápido recuento y sin mayor investigación, habría que señalar las embajadas en Washington, Londres, París, El Vaticano, San José de Costa Rica, San Salvador, Guatemala, Berlín, Tegucigalpa, Belice, Bogotá, Quito, Beijing, ONU, y ahora se agregan Moscú, Brasilia y Santo Domingo. Habría que añadir algunos consulados.

Entre los designados hay académicos, intelectuales y periodistas, pero sobre todo, políticos. 

A final de cuentas ese no es el problema, sino un ambiente internacional cada vez más complicado, que demanda  una política exterior de Estado, no de partido, no sólo definida sino ejecutada por elementos preparados para su papel.

El presunto embajador de Panamá, Agustín Salmerón, si llega, irá con un negativo de entrada: las acusaciones de hostigamiento  contra mujeres. Esas no se van a quedar aquí.

Leopoldo de Gyves, por historia será sin duda un hombre simpático al régimen de Nicolás Maduro, en Venezuela, al igual que Guillermo Zamora en su relación con la administración de Daniel Ortega, en Nicaragua, pero ¿cuál será su misión? ¿Son gobiernos con los que se busca cercanía?

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Eduardo Villegas Megías, actual coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México, será embajador en la Federación Rusa. Filósofo de carrera y parte del entorno del presidente Andrés Manuel López Obrador, deberá desempeñarse ante un gobierno que se mueve con base en geopolítica y realpolitik. ¿Hay ahí un mensaje?

Laura Esquivel será sin duda una digna representante del soft power de México, pero al margen de gobiernos, Brasil tiene una política exterior de Estado y basada en intereses nacionales. Luiz Inácio Lula da Silva fundó la Celac con esa idea.

 Los nuevos diplomáticos, en todo caso, enfrentarán situaciones difíciles y la verdad sea dicha, está por verse si tendrán las herramientas para hacerlo. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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