DESDE AFUERA

Nicaragua: ¿Dónde está la izquierda latinoamericana?

"Borrón y cuenta nueva", demandó Ortega en una ceremonia a la que asistió un puñado de delegaciones oficiales incluso, lamentablemente, México

OPINIÓN

·
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Un Daniel Ortega desafiante y hasta burlón tomó posesión de la Presidencia de Nicaragua por quinta vez en los últimos 40 años y cuarta vez consecutiva en los últimos 20.

"Borrón y cuenta nueva", demandó Ortega en una ceremonia a la que asistió un puñado de delegaciones oficiales incluso, lamentablemente, México.

Ortega asumió tras ser electo en unos comicios que preparó con cuidado: encarceló a todos los posibles aspirantes opositores que tuvieran una posibilidad de hacerle mella. Más de 40 opositores, incluso siete aspirantes a retarlo, están encarcelados en base a leyes "ad-hoc" para facilitar el arresto de opositores.

Pero desde el punto de vista de la izquierda regional, o al menos gran parte de ella, había que pronunciarse a favor de un amigo antiimperialista, como en los casos de Venezuela y Cuba, o guardar un discreto silencio, como en los casos del Grupo de Puebla, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) o el Centro Latinoamericano de Análisis Geopolítico (Celag) –que sin embargo tiene una sólida postura contra el "lawfare", o sea el uso de leyes y poder judicial para disfrazar represión contra opositores o críticos.

Celag, en todo caso, es un organismo privado. El Grupo de Puebla, que reúne a varios de los más prestigiosos representantes de la izquierda histórica de Latinoamérica, tampoco se ha pronunciado.

En el caso mexicano, en una nueva señal de problemas de política exterior, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló de no-intervención para "corregir" la toma de distancia que promovía la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Para la izquierda regional, que finalmente aún es dominada por visiones de los años 70, la posibilidad expresarse contra las barbaridades de Ortega implica el hacerse eco de las posturas "imperiales" de Estados Unidos o la Unión Europea, que las últimas semanas impusieron sanciones contra funcionarios del régimen, incluso hijos de Ortega y su esposa, vicepresidenta y posible heredera, Rosario Murillo.

Habría que recordar que Ortega fue uno de los líderes de la rebelión que en 1979 puso fin al régimen de la tiránica dinastía de la familia Somoza.

Varios de los viejos combatientes sandinistas están ahora en la cárcel por su desacuerdo con las posiciones de Ortega.
Pero es frecuente que los políticos tengan visiones distintas de lo que es y debe ser. Después de todo, lo que para mis adversarios es un pecado resulta una virtud para mis partidarios.

Hace pensar si la izquierda latinoamericana, ahora con reales perspectivas de poder, habrá caído en consideraciones de relativismo y ahora en la tentación de imitar a Friedrich Delano Roosevelt, aquel presidente que durante más de 15 años dominó la escena política estadounidense y que interrogado por qué mantenía tan cordiales relaciones diplomáticas con el tiránico y brutal Anastasio Somoza, respondió: "puede ser un hijo de p... pero es nuestro hijo de p..."

¿Será esa la consideración?

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

PAL