El pasado 6 de enero, la Organización Mundial de la Salud anunció que la ola global de contagios de la variante Ómicron sigue desbordada, aunque sus efectos son mucho menos letales que los de las anteriores cepas. Además, el doctor Tedros Adhanom, director general de la OMS, advirtió que, al ritmo actual, 109 países no lograrán cumplir la meta de vacunar a 70 por ciento de su población, para mediados de 2022, ya que algunos proceden a una cuarta vacunación, mientras que otros no han logrado inocular ni siquiera a su personal médico o a los grupos más vulnerables.
En diciembre de 2021, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señaló que Ómicron amenazaba la recuperación económica global, y redujo sus perspectivas de crecimiento mundial de 5.6 a 5.7 por ciento, sin que por el momento se modifiquen las de este año.
Por lo anterior, es fundamental extremar precauciones para avanzar hacia la nueva normalidad y no poner en riesgo la salud pública, la disponibilidad de camas para pacientes con COVID-19, ni la esperanza de un año próspero para todas y todos.
Por ahora, es muy pronto para saber cómo será el comportamiento a largo plazo de la cepa que actualmente domina la pandemia, incluso ante la eventualidad de casos extraordinarios de coinfección entre dos cepas de un mismo virus.
Lo que es claro, es que la comunidad internacional, los gobiernos nacionales y la población en general, no podemos bajar la guardia.
En este sentido, el Comité Estatal para la Seguridad en Salud aprobó, por unanimidad, que Zacatecas regrese al semáforo amarillo, entre el 10 y el 21 de enero, con el fin de romper la cadena de contagios y así evitar la saturación hospitalaria.
Este desarrollo del semáforo epidemiológico no debe llamar alarma. Tras dos largos años de pandemia, hemos aprendido a convivir con el coronavirus y, con el conocimiento que se tiene disponible hasta el momento, es posible no llevar a cabo el cierre de las distintas actividades económicas. En todo caso, este es un llamado a la corresponsabilidad entre autoridades y ciudadanía: la clave de la contención en el avance de la pandemia, es que tanto gobierno como ciudadanos y ciudadanas, hagamos lo que está en nuestras manos para romper la cadena de contagios.
En lo que al gobierno estatal corresponde, reforzaremos las medidas que nos permitan dar continuidad a las actividades económicas, al disminuir los riesgos de contagios. Además, tendremos a disposición, de ser necesaria, la capacidad hospitalaria para atender a las y los pacientes que requieran atención médica especializada.
Cuando llegue el momento, también habremos de coordinarnos con las autoridades de salud federales para poner en marcha la campaña de vacunación de refuerzo, como un elemento más de la estrategia para controlar la pandemia. Por lo pronto, a la ciudadanía le corresponde seguir con disciplina las medidas conocidas por todas y todos: uso correcto de cubrebocas, evitar concentraciones, y quien no esté vacunado acudir por su esquema básico de vacunación.
POR DAVID MONREAL
GOBERNADOR DE ZACATECAS
PAL