COLUMNA INVITADA

Tren Maya: Echándole ganas a los problemas

Es muy probable que el proyecto no se termine este sexenio, más allá de una inauguración simbólica

OPINIÓN

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Jorge Andrés Castañeda / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Tren Maya es la obra que el Presidente quiere dejarle a su tierra, el sureste, y espera que gracias a ella los mexicanos recuerden la “cuarta transformación”. Desafortunadamente, lo que hubiera podido ser una idea interesante —conectar las principales ciudades y centros turísticos del sureste— se ha transformado, como era bastante previsible, en un elefante blanco que será un problema para varios gobiernos.

Muchos de los problemas son comunes a todos los grandes proyectos de infraestructura en el mundo, pero en este caso parecería que le estamos echando ganas a que sean aún mayores.

El primer gran problema de los proyectos de infraestructura es la subestimación de costos. Sucedió en el NAIM y está pasando ahora. El primer presupuesto de inversión del Tren Maya era de 150 mil millones de pesos; en la cartera de SHCP ya está en 161 mil millones; pero el director de Fonatur ya dio una cifra de 230 mil millones y es muy probable que siga subiendo.

Una de las principales causas de los errores de estimación de costos de grandes obras es acelerar u omitir los estudios previos o, como en este caso, simplemente no hacerlos. De acuerdo con la cartera de inversión de SHCP, de los mil millones de pesos que cuestan los Estudios de Preinversión para la construcción de vía ferroviaria del Tren Maya, se han ejercido 0 pesos a la fecha. Sin embargo, los datos de Transparencia Presupuestaria muestran que se ejercieron 2 millones en 2019, 85 en 2020 y se planean ejercer 585 este año, aunque a junio solo se habían ejercido 140 millones.

En todo caso no se han terminado y este año el Tren Maya tiene un presupuesto de 34 mil millones de pesos y recibirá 62 mil millones el próximo. Sin estudios detallados cualquier estimación del costo total seguirá siendo eso, una estimación. El otro gran error de los proyectos es sobreestimar la demanda e ingresos que generarán. De nuevo, nos ha pasado en México innumerables veces.

Pero en este caso, no solo estaban sobrestimados de inicio, sino que los cambios recientes al trazado agravarán esta situación. De acuerdo con el análisis costo beneficio del proyecto, la demanda capturable del proyecto, a partir de la cual se realizaron las estimaciones de posibles ingresos, es de 325 mil pasajeros al día. Esta cifra era poco creíble antes porque la población de los tres estados cubiertos es de poco más de 5 millones y porque los supuestos de turistas extranjeros implicaban que 71% de los turistas internacionales de 2019 (cifra muy lejana a la actual) lo tomarán por lo menos una vez.

Pero ahora que el Tren Maya no pasará por Mérida, donde vive 60% de la población del estado, esta cifra parece aún más
ilusoria. Es muy probable que el proyecto no se termine este sexenio más allá de una inauguración simbólica. Pero la próxima administración tendrá un elefante blanco encima al que tendrá que destinar recursos para acabar. Por si fuera poco, los
más perjudicados una vez acabado serán los militares a quienes les va a acabar saliendo en una lana.

POR JORGE ANDRÉS CASTAÑEDA

COLABORADOR

@JORGEACAS

MAAZ