DESDE AFUERA

Haití, crisis más crisis más crisis

Moïse fue electo en 2016 en unos comicios en los que obtuvo poco más de 500 mil votos, y fue de lejos el mejor ubicado entre 27 candidatos

OPINIÓN

·
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Según la Patrulla Fronteriza estadounidense, en mayo de 2021 detuvo a 2,928 haitianos que trataban de cruzar la frontera desde México, en comparación con los ocho registrados en mayo de 2020.

Ese mismo mes, el destacado diplomático chileno Juan Gabriel Valdés, exrepresentante especial y jefe de la misión de Naciones Unidas en Haití, afirmaba en una encuesta del grupo Diálogo Interamericano que "el Estado haitiano prácticamente ha desaparecido". 

El anuncio de las autoridades migratorias estadounidenses y la frase de Valdés resumen prácticamente la situación de Haití, aún antes del asesinato del presidente Jovenel Moïse, la madrugada del miércoles, por sicarios que no se sabe exactamente a quién obedecían, y que dejó un vacío de poder que varios tratan de ocupar.

Valdés señalaba que las instituciones haitianas, "siempre débiles en el pasado, se han derrumbado ante el carácter autocrático de un poder Ejecutivo que no ha dudado en violar sistemáticamente la Constitución para acumular poder".

Y si se añade una situación de crisis económica permanente, sin contar con el impacto de la pandemia de COVID-19, las cosas en Haití parecen mucho más que complicadas. 

Moïse fue electo en 2016 en unos comicios en los que obtuvo poco más de 500 mil votos y fue de lejos el mejor ubicado entre 27 candidatos, aunque la participación no llegó siquiera al 20 por ciento del electorado.

Durante su régimen, se comportó, si no como un dictador al menos como un gobernante autoritario, al que se atribuye además un deterioro de la legitimidad del gobierno: en 2019 disolvió el Parlamento, después de que no pudo celebrar nuevas elecciones, y desde entonces gobernaba por decreto. Igualmente, concentró el poder político en su oficina mientras militares y policías, considerados como corruptos y violentos, "controlan" la seguridad.

Según Jacky Lumarque, rector de la Universidad Quisqueya en Puerto Príncipe, "las principales organizaciones de derechos humanos han documentado la complicidad de las autoridades en el aumento de la inseguridad y los secuestros". 

De hecho, en un análisis para Dialogo Interamericano, precisó que "no se ha arrestado a ningún líder de pandillas conocido a pesar de su aparición abierta en eventos públicos, ni se ha hecho nada sobre ningún asesinato de alto perfil".

En 2020, se informó oficialmente de casi 200 casos de secuestro para obtener rescate, 400 por ciento más que los 39 casos en 2019, pero extraoficialmente el periódico Le Nouvelliste estima que hubo 160 casos de secuestro cada mes en 2020.

Los diferentes problemas del país se retroalimentan y los augurios para Haití son pesimistas: el vacío de poder provoca preocupaciones sobre la legitimidad de los aspirantes a llenarlo y a lo que representan, lo que se convierte en desconfianza económica y una crisis social que se traduce en delincuencia y presiones migratorias. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

MAAZ