COMANDO Y CONTROL

¿Todo para las Fuerzas Armadas?

Estas ideas o percepciones están muy alejadas de la realidad y contribuyen a una peligrosa –aunque aparentemente exitosa– campaña de desinformación 

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Colaborador. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estas ideas o percepciones están muy alejadas de la realidad y contribuyen a una peligrosa –aunque aparentemente exitosa– campaña de desinformación 

En varios medios, foros e incluso pláticas casuales se está fomentando la idea de que este es el sexenio de las Fuerzas Armadas, que la militarización del país va a todo lo que da, que los militares nunca habían tenido tanto poder, y que muy pronto van a controlar no sólo los puertos y las aduanas, sino la seguridad pública y los principales medios de transporte del país.  Estas ideas o percepciones están muy alejadas de la realidad y contribuyen a una peligrosa –aunque aparentemente exitosa– campaña de desinformación. 

A las Fuerzas Armadas se les está diluyendo en equipamiento, misión y doctrina. La multiplicidad de funciones está llevando a la atomización de capacidades; al empleárseles "para todo" se harán especialistas en nada.  

Por otro lado, se están desaprovechando las grandes inversiones que se realizaron en sexenios anteriores para dotar a las Fuerzas Armadas de la infraestructura necesaria para contar con medios capaces, modernos y tecnológicamente avanzados. 

Para ejemplo, las grandes inversiones que se realizaron en el Astillero de Marina No.20, que le permitió a la Armada construir la fragata más moderna y capaz de América Latina, la ARM Benito Juárez bajo el proyecto de Patrulla Oceánica de Largo Alcance. 

Dicha inversión, que fue de cientos de millones de dólares, estaba diseñada para construir por lo menos ocho de estos barcos que pudieran convertirse en los guardianes de los mares mexicanos, sirviendo como disuasión ante múltiples amenazas –sea de superficie o submarina, pública o privada, convencional o emergente– para la soberanía marítima mexicana.   

De igual manera, se nulifican los esfuerzos de infraestructura, tecnológicos, así como de talento humano para la construcción de otros buques de menor calado como los buques de patrulla clases Oaxaca, Tenochtitlan, o Polaris II. Todas necesarias para mantener a la Armada a flote en sus funciones de marina de guerra y guardacostas.     

De igual manera, el impulso para desarrollar una industria aeroespacial mexicana de uso dual (comercial y militar), parece haberse congelado.  

Los planes de diseñar y construir un avión de entrenamiento, desarrollar centros de mantenimiento y reparación para aviones y helicópteros de origen extranjero –que accionarían entrenar y contratar mano de obra mexicana para estos onerosos servicios–, hasta la formación y desarrollo de un servicio aeromédico que conectaría a regiones aisladas de manera eficiente se encuentran, todos, en pausa y eso, bajo el más optimista de los escenarios.  

También se queda atrás (u optimistamente en pausa) el desarrollo de una fuerza policial profesional y civil; ante los más de 20 años de esfuerzo y fracaso, todo parece indicar que ahora será el turno para que las Fuerzas Armadas construyan una institución policial nacional creíble.  

La monumental tarea de construir instituciones policiales rebasa la "misión" de construir aeropuertos internacionales, refinerías y líneas de ferrocarril, sólo falta que se les ordene montar líneas del Metro.   

Pero lo harán, o por lo menos lo intentarán, porque bajo esta "Transformación" efectivamente se les está cargando "todo" a las Fuerzas Armadas. 

POR ÍÑIGO GUEVARA MOYANO
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA JANE'S EN WASHINGTON, DC
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM

dza