COLUMNA INVITADA

El Cristian Martinoli de la política ¿Analogía?

En política se habla de todo, menos de los problemas, los diagnósticos, los planes o programas específicos y la evaluación del éxito o no de las políticas públicas

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

God bless América! ¡He vomitado bilis por ti! ¡Ah no, bueno! son algunas de las frases con la que se aproxima una narración del deporte nacional en México, el futbol.

Esas expresiones, que son ahora el centro de atención en un partido de futbol, y particularmente cuando juega la representación de nuestro país contra alguna otra selección internacional.

La televisora que promueve a un cronista llamado Cristian Martinoli, acompañado del exportero Jorge Campos, destacado referente nacional en el deporte, y el ahora vociferante locutor Luis García, exfutbolista, han creado un espectáculo paralelo dentro de la misma narración del deporte, que le ha parecido fantástico al espectador, incluso, ha aumentado el rating e interés por algunos deportistas

Describir actualmente a esos cronistas y al futbol mexicano es una manera inigualable de comprender lo que ha ocurrido en política nacional.

Es justo el mismo objetivo y resultados lo que comparten en términos cualitativos como cuantitativos.

En política la situación no es diferente. Se habla de todo, menos de los problemas, los diagnósticos, los planes o programas específicos y la evaluación del éxito o no de las políticas públicas.

Se discute de todo, menos de la militarización del país y sus consecuencias en la construcción o destrucción de un narco Estado, de la laxitud en las licitaciones y razones específicas para adjudicar directamente obras y contratos, de los perfiles del gabinete, de la operación política específica en distintos sectores del país y la Ciudad de México, de los parámetros de crecimiento económico y de los estándares de calidad educativa, sólo por mencionar algunos de los temas .

Es más importante el Jetta, la Suburban, los trajes del presidente Andrés Manuel López Obrador, sus zapatos sin bolear, los gestos de Beatriz, los fifís multimillonarios, los conservadores, reaccionarios, Kabala (y no Kamala), todos, indudablemente alrededor de pequeñas historietas, gritos, auto reportajes, calificativos y rimas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador es el Cristian Martinoli sin ninguna duda, pero Mario Delgado es el Jorge Campos, López Gatell es el Luis García, Julio Scherer es Zaguinho, y así se ha multiplicado este estilo por todo el país.

 Vamos de manera vertiginosa hacia la trivialización del deporte y de la política, por igual.

Ambos bandos han elegido la manera más pura de describirse como si el futuro del país es parecido a un partido de futbol y las políticas y actos de gobierno son lo que menos importan, porque claro, ellos su egocentrismo y vanidades son más importantes.

Sin embargo, nosotros mismos, los ciudadanos, lo seguimos permitiendo y al hacerlo lo alentamos, sin exigir más que puro show. Porque parece que en México estamos jugando en el llano, o en la tercera división mundial.

¡Hurra!, saquemos entonces las chelas para terminar de disfrutar.

Tarde o temprano, nos va a salir muy caro.

Y no es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ

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