TRES EN RAYA

De niños, farmacéuticas y expropiaciones

Como bandera de su lucha anticorrupción, Andrés Manuel López Obrador decidió castigar a diversos laboratorios y distribuidores de medicinas en nuestro país

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Como bandera de su lucha anticorrupción, Andrés Manuel López Obrador decidió castigar a diversos laboratorios y distribuidores de medicinas en nuestro país, siendo su principal objetivo PISA, el más importante productor de fármacos oncológicos en todo el territorio nacional.

El propio zar anti covid, Hugo López-Gatell, después de acusar de conspiracionistas a los niños con cáncer y de que las manifestaciones de padres, exigiendo medicinas, consisten de 20 infiltrados —los mismos de siempre—, atribuyó a PISA el origen del desabasto (sí, finalmente reconoció la escasez de medicamentos que se venía reclamando de tiempo atrás).

Tenemos, entonces, una industria que se dice despreciada y castigada por la administración en turno, y un gobierno que habla de farmacéuticas corruptas, coludidas y viciadas.

El asunto es que muchos enfermos sufren el peor desabasto del que se haya sabido en toda la historia moderna del país por cuanto a medicinas oncológicas así como otras necesarias para atender diversos padecimientos.

Y es que, mientras el discurso oficial negaba la escasez, la realidad se coló lentamente hasta revelar una falta lacerante de toda clase de medicamentos en el sector salud. La conclusión: hay una pésima estrategia —y peor implementación— de quienes juraron tener un sistema de salud como el de Dinamarca. Ni en el IMSS o el INSABI se tienen las medicinas suficientes para atender diversas enfermedades ni para cubrir esquemas de tratamiento completos.

Se destrozó el Seguro Popular y su sustituto es una falla en toda regla. Hasta ahí los dos grandes errores del gobierno lopezobradorista en el sector salud, que se sintetizan en: (1) desabasto de medicinas cuyos impactos son mortales; y (2) todo un sector que languidece por la cerrazón y/o impericia en la gestión.

Así, en estos casi tres años de gobierno, la 4T no ha podido adquirir, proveer y distribuir las medicinas necesarias para el complejo sistema de salud pública del país, por lo que se requiere una acción inmediata que sustente la confianza de la población en que aún se pueden tener las medicinas necesarias para combatir enfermedades crónicas y degenerativas.

¿Qué sigue? Podría ser que el ejecutivo federal dé un golpe de timón y trabaje, en particular con PISA, para producir y distribuir la suficiente cantidad de fármacos.

De hecho, se habla de que ya hay un entendimiento del gobierno con terceros intermediarios para que estos, a su vez, le compren a PISA lo requerido. Mas cabe la nada remota posibilidad de que ello tampoco funcione a la larga.

Ya sabemos que este gobierno no va a recular ni aceptar errores. Y por ello, ante el fiasco de no poder comprar las medicinas, como prometieron, fuera del país a través de BIRMEX, que es propiedad del gobierno federal, o nacionalmente a través de los que prometen ser cada vez menos confiables intermediarios, al gobierno lopezobradorista le quede cometer un tercer gran error: la expropiación de PISA. Terrible.

El Estado no sabe ni sabrá producir medicamentos; tampoco funcionar con base en el conocimiento, investigación y trabajo articulado de todos quienes trabajan actualmente en dicha empresa. Será complicado que la nueva empresa farmacéutica nacional conserve a su capital humano; la cuarta transformación en este y otros temas ha preferido la lealtad al conocimiento, ya lo sabemos…

Ante esto, me pregunto: ¿ya se prepara PISA, la iniciativa privada y la población para este escenario? Apuesto que no. Pero más vale que lo vayamos considerando.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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