SIN ROLLOS

Contrastes

El futbol mexicano siempre se caracteriza por ello, y qué mejor prueba lo ocurrido en Japón y en el inicio del “flamante” Grita México A21

OPINIÓN

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Jorge Murrieta / Sin Rollos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Los contrastes. Siempre tan marcados en el futbol mexicano. Sus subidas y bajadas; sus crestas y sus abismos. Por ello, cuando se avecina el análisis “profundo”, es mejor matizar, buscar aristas, espiar a la “realidad” desde diferentes ventanas, por lo caleidoscópico del tema.

En ocasiones parecemos estar en la famosa Dimensión Desconocida. Un tanto en lo palpable y medible (resultados), otro tanto en lo intangible (cambios abruptos de sede, desaparición del ascenso y descenso).

En medio, el aficionado común, el espectador que sólo busca un divertimento sano con el cual subsanar los trancazos de la cotidianeidad. Lo imagino, en su sillón, preguntándose “¿qué demonios es esto?”, mientras observa a la Selección Olímpica pegarle un baile a Francia y a los tres días ser apabullada por Japón. ¿Será el mismo deporte?

El campeón abre su participación en el torneo sucumbiendo ante la nueva creación frankensteiniana de los avezados directivos. El América no puede ganarle a un equipo cuyos 11 hombres iniciales apenas jugaban juntos por primera vez (Querétaro); las Chivas haciendo tremendo papelón en su casa, ante el ínfimo Atlético de San Luis (al que al menos le regresaron sus colores). En fin. De acá somos y es lo que hay. 

Nos desmañanamos para ver al Tri de Jaime Lozano pintarle la cara a la Francia de Gignac y compañía. Gratísima sorpresa. Haciendo presión alta, mordiendo al rival desde la salida, generando futbol con criterio en el medio del campo y defendiéndose de manera correcta, los olímpicos dictaron cátedra de buen futbol. Tiene talento la camada.

Ahí están, particularmente, Montes, Córdova, Vega y Lainez. La exhibición fue un lujoso muestrario de técnica y conceptos tácticos bien asimilados y mejor ejecutados, sin dejar de lado, claro, lo endeble que resultó el que en apariencia sería el rival más complicado del grupo. Francia se murió de nada y a Tigres, que suele comprar bien, aparentemente lo estafaron con Thauvin, que se movió menos que la sábana de abajo.   

Apenas tres días después, y con la moral aparentemente por los cielos, México se midió a Japón, equipo que históricamente ha mostrado resistencia y mentalidad. No dan una pelota por perdida y jamás se salen del esquema. Ahora, por si fuera poco, tienen jugadores que han desarrollado un talento brutal y parecen brasileños, como el joven Kubo, joyita del Madrid que está a préstamo en el Getafe.

La misma historia, pero contada al revés. Japón tuvo la pelota, hizo el pressing, generó acciones de gol y no se conformó con la tenencia de la pelota: literalmente avasalló a México, que en 20 minutos parecía noqueado. El 2-1 no maquilla un resultado que pudo haber sido de escándalo y puso al Tri en una situación incómoda, pues enfrentó con mayor presión a Sudáfrica, un rival que muy probablemente le habrá complicado el trámite a los pupilos del Jimmy (cuando usted lea esta columna, México ya conoce su
destino en el futbol olímpico). 

Si eso está ocurriendo con los chavos en Japón, acá arrancó el pésimamente bautizado: “Grita México Apertura 2021”. No hacen falta ni dos dedos de frente para darse cuenta que las palabras “grito”, “grita”, “gritar”, etc., sólo acarrearán desastre, pues la masa acéfala inmediatamente asociará “grito” con “puto”, como ocurrió ya el jueves anterior en Querétaro.

¿En qué cabeza cabe incitar a gritar? Dios los hace y ellos (los directivos) se juntan, me cae. Y como dicen que todo se parece a su dueño, el torneo arrancó con nueve partidos espantosos, salvándose de la quema Santos, Toluca, Pachuca, Tigres y Mazatlán. Lo de Pumas-Atlas fue para sacarse los ojos con una cuchara para servir helado.   

Esperemos que a estas horas del miércoles, el panorama haya cambiado de manera radical. Para bien, por supuesto.

POR JORGE MURRIETA
@JORATLA

MAAZ