COLUMNA INVITADA

Los parásitos políticos

Popularmente conocidos como “satélites”, en realidad se asemejan más a un parásito que a los cuerpos celestes o los aparatos puestos en orbitas

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Popularmente conocidos como “satélites”, en realidad se asemejan más a un parásito que a los cuerpos celestes o los aparatos puestos en orbitas. En México la política está llena de ellos, pero hay unos que han logrado sobrevivir, que han podido adaptarse a nuevos huéspedes desde los cuales se nutren para seguir existiendo; seguramente ya saben de cual estoy hablando.

Alguna vez se han preguntado cómo funciona un parásito, ¿cómo le hace para sobrevivir? No es tan complicado, solo necesita de un huésped donde se pueda alojar, y de esa forma alimentarse desde su interior. Tal proceso se conoce como parasitismo, que también se puede emplear como una alegoría o símbolo, más allá de las cuestiones biológicas.

Hay ejemplos muy claros, como la película Parásitos, del director Bong Joon-ho, del empleo de dicho término en otros ámbitos, en este caso por parte del medio cinematográfico. Sim embargo, hay otro espacio donde el parásito se hace presente, uno que le permite las condiciones adecuadas para vivir y alimentarse de distintos huéspedes según su conveniencia.

Se trata de la política, lo cual no resulta raro si se analiza el caso de ciertos partidos políticos. Popularmente conocidos como “satélites”, en realidad se asemejan más a un parásito que a los cuerpos celestes o los aparatos puestos en órbitas. En México la política está llena de ellos, pero hay unos que han logrado sobrevivir, que han podido adaptarse a nuevos huéspedes desde los cuales se nutren para seguir existiendo; seguramente ya saben de cual estoy hablando.

¿Cómo le hacen para seguir existiendo? En la historia electoral del país, se han creado, transformado y destruido una considerable cantidad de partidos políticos. Durante los gobiernos del PRI, existieron varios que postularon al mismo candidato en alianza con el poder establecido. Incluso algunos lograron durar décadas bajo ese esquema.

Recientemente, la población fue testigo de la desaparición de tres de ellos en las últimas elecciones. No obstante, hay unos que, a pesar de contar con una opinión pública negativa, logran seguir ahí en el registro. Su estrategia; el parasitismo, sin eso no existen.

Necesitan de un huésped que los mantenga vivos, adentrarse en él. Lo venden como una supuesta alianza, como una negociación, como compartir los mismos intereses; pero ni siquiera ellos mismos se creen eso, saben que en el fondo solo necesitan del partido hegemónico para mantener su existencia. También tienen que recurrir a otros métodos, incluso cuando se violan los reglamentos, con tal de salvar su registro.

El famoso caso con los “influencers”, poco antes de las elecciones, es prueba de ello. Saben que pueden actuar de esa manera y no habrá consecuencias.

Es desalentador ver que todavía siguen presentes esos partidos. No ofrecen nada. Están ahí solo porque sí. Su oportunismo, conforme a la marcha de diferentes gobiernos, es prueba de que, en la política mexicana, las posturas no son más que ilusiones. Al final, todos terminan vendiéndose al mejor postor.

POR IGNACIO ANAYA MINJAREZ

@IGNACIOANAY

MAAZ