COLUMNA INVITADA

La era post-Merkel

La salida de Angela Merkel necesariamente implica una reconfiguración de actores y coaliciones en Europa

OPINIÓN

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Raquel López-Portillo Maltos / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Durante casi 16 años, la canciller Ángela Merkel ha sabido lidiar con tormentas que parecieran innavegables. Su próxima partida del cargo tiñe de incertidumbre y complejidad no solo al devenir de su propio país, sino también al presente y futuro de la Unión Europea. La designación de Armin Laschet como líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), indica la intención de dar continuidad al proyecto de gobierno de Merkel por parte de su partido.

De triunfar, implicaría un posible balance moderado-centrista ante la diversidad de regímenes en la región, que oscilan entre todos los claroscuros del espectro ideológico.

Si bien la Unión no gira alrededor del parecer alemán, ser la principal potencia económica aunado a su innegable rol negociador, deja un vacío durante los meses venideros del periodo pre y post electoral.

En una coyuntura en donde las circunstancias demandan decisiones prontas, es probable que se mantengan en pausa, al menos en cuanto a asuntos determinantes. Cabe destacar que este alto no culmina con la elección del 26 de septiembre, sino que puede tomar aún más tiempo hasta lograr una coalición gobernante.

El liderazgo de Merkel cuenta con una naturaleza tan propia que se convirtió en un verbo en su país. La palabra Merkel se ha utilizado para describir una actitud pasiva o vacilante, lo cual en política puede ser un arma de doble filo. Pese a que esta indecisión ha sido una de las mayores críticas a su gestión, sus habilidades de negociación y de creación de consensos no hablan de una persona de medias tintas. Es precisamente este vacío en el liderazgo europeo una de las causas de mayor incertidumbre. Emmanuel Macron figura como el líder por default a ocupar el espacio vacante.

Sin embargo, se enfrenta a un perfil desgastado por su manejo de la pandemia y otras cuestiones domésticas, además de que sus prioridades durante este periodo estarán puestas en su posible reelección hacia el 2022.

Esto deja únicamente a las cabezas de los órganos de la Unión Europea como Charles Michel o Ursula von der Leyden que, aunque juegan un papel trascendental en articular las prioridades de la Unión, no cuentan con la fuerza y legitimidad necesaria para tremendo encargo.

Finalmente, la salida de Merkel necesariamente implica una reconfiguración de actores y coaliciones. En este sentido, hay que prestar especial atención al ascenso de países pequeños que han sabido ganar influencia en la toma de decisiones.

Prueba de ello es el surgimiento de “los 4 frugales”, conformados por Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia que, pese a que no se han establecido bajo una estructura institucional, sus coincidencias en temas como el rechazo al fondo de recuperación post-pandemia llevó al límite a las potencias europeas tradicionales.

Frente al debilitamiento de ciertos organismos internacionales, no debe darse por sentado el papel que pueda cobrar el micro-lateralismo en el futuro de la Unión Europea durante la venidera era post-Merkel.

RAQUEL LÓPEZ-PORTILLO MALTOS

ASOCIADA DEL PROGRAMA DE JÓVENES COMEXI

@RAQUELLPM

dza