TRES EN RAYA

El incidente y ‘la papa caliente’

Viaje mortal que destruyó familias y la tranquilidad de millones que todos los días utilizan el Metro de la capital.

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Dieron inicio las labores de limpieza en la sección colapsada de la Línea 12, aun antes de que comenzaran los peritajes. Desconozco si esto es lo adecuado, aunque supondría que no debe de alterarse nada en el lugar donde ocurrió la falla estructural antes de llevar a cabo todos los estudios. Lo que es un hecho es que tenemos 26 muertos y 79 heridos que suman una de las tragedias más crueles que han ocurrido en el Metro de la Ciudad de México (solo similar a lo sucedido en 1975, donde hubo 31 muertos y 70 heridos).

Falla catastrófica, derrumbe, colapso. Viaje mortal que destruyó familias y la tranquilidad de millones que todos los días utilizan el Metro de la capital. Un hecho que desgarró el ánimo de los habitantes de la CDMX y provocó rabia y tristeza en todo el país. 

Ante tanto dolor, la autoridad debería tomar acciones inmediatas para, si bien imposible subsanar esas pérdidas, asegurar al menos a la población que no sucederá otra tragedia de este tipo en el transporte más usado de la ciudad.

Hay, sin embargo, conceptos, ocasiones y momentos que expresan la estulticia de las personas. “Incidente”, así fue denominada por Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo esta tragedia. Sin querer, al usar esa palabra, el gobierno de la metrópoli selló o remarcó el nulo interés de la 4T por sus gobernados y privilegió el juego del traslado de culpabilidades. 

Para la 4T no hay tragedia, calamidad, ni siquiera error. Menos aún responsabilidad. El juego de ‘la papa caliente’. 

Sin embargo, no solo se trata de lo sucedido en la Línea 12. Es la misma actitud que se ha observado en otros casos en nuestro país durante los últimos dos años. Así, por ejemplo, “gracias” a una equivocada austeridad —ahí sí no hay otra explicación—, se dejó de pagar a los jornaleros para que realizaran la labor de limpieza de ramas secas y mantener las separaciones limpias en los bosques y selvas del país. Resultado: incendios devastadores en México este año.

Justificado en un supuesto combate a la corrupción, se desapareció el FONDEN, ese fondo nacional creado de forma específica para atender los desastres naturales. Estamos entrando en temporada de huracanes y ya nos podemos imaginar las inundaciones, deslaves y aumento en infecciones en algunas partes del país ante el embate de la naturaleza. Estos no serán incidentes aislados. Se tendrán que llamar por su nombre: errores, fallas y actos de irresponsabilidad que generan tragedias. 

Tampoco se le podrán denominar accidentes, pues estos por definición son ‘sucesos imprevistos que alteran la marcha normal o prevista de las cosas’. Los daños que podrán causar en México los huracanes están previstos. Todos los años tenemos regiones inundadas, hogares anegados y familias que requieren el apoyo gubernamental para poderse volver a establecer después de haberlo perdido todo.

Lo mismo sucederá en los estados del norte, donde las sequías han sido ya avisadas hasta por la NASA. La falta de agua afecta a los sembradíos, a las miles de cabezas de ganado y, lo peor, a todas las personas que sufrirán por ello. Otra vez, hechos que lamentar no se tratarán de accidentes o incidentes. Son fallas que -desafortunadamente- se esperan dada la situación meteorológica y que podrían ser, si no frenados, sí enfrentados de manera más planeada, diseñada, coordinada, operada, y mejor financiada.

Sin embargo, tanto el dispendio y corrupción, como la falsa austeridad, provocan tragedias. Triste sin duda, pues el dolor es evitable siempre y cuando las autoridades diseñen, planeen, contraten, construyan, ejecuten, supervisen, mantengan, aumenten y perfeccionen la infraestructura pública física y de recursos humanos como debe de ser.

Pero, en cambio, si la actitud de la 4T (y sus antecesores) ante lo que viene, es similar a lo sucedido en la Ciudad de México, estamos condenados a más “incidentes” que nos seguirán llenando de dolor.

Por VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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