DEFINICIONES

No solo es la valla, es lo que simboliza

Ojalá el asunto se redujera a una valla. Ese muro metálico que blinda Palacio Nacional, es también un símbolo que exhibe el tamaño de la brecha y la división

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México. Créditos: Especial

Al movimiento feminista y las mujeres que alzan la voz, porque las están matando

Ojalá el asunto se redujera a una valla. Ojalá solo se tratara de un cerco para “proteger” un Palacio, para “evitar la confrontación” y garantizar la “pacífica protesta”.

Ese muro metálico, que blinda Palacio Nacional desde el viernes pasado, es también un símbolo que exhibe el tamaño de la brecha, de la división.

O se está de un lado, o se está del otro, parecen pensar quienes mandaron colocar la muralla. Error de sentido común, y hasta de cálculo político. El adversario de quienes protestan, aunque el presidente piense distinto, no es él, sino todo un sistema. El grito desesperado por justicia rebasa al gobierno federal, supera a López Obrador.

Esto no empezó en este sexenio, ni se agota en el gobierno de la 4T. Estamos donde estamos porque durante décadas todos, sociedad y gobiernos, hicimos lo que hicimos y dejamos de hacer lo que dejamos de hacer. Para cambiarlo, primero hay que reconocerlo.

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De un lado, un clamor, una causa justa, legítima. Del otro, paredes que no escuchan, oídos tapados ante demandas atendibles y urgentes. El símbolo de la barda que rodea Palacio Nacional puede convertirse en una muralla que aísle al presidente si no tiende una mano a quienes hoy protestarán del otro lado. Abrir diálogo, sensibilizarse, ponerse en sus zapatos y colocarse del lado de las mujeres, no solo ayudaría a visibilizar la violencia hacia ellas, sino abonaría a que su gobierno, innegablemente cercano en muchos frentes, lo fuera también para quienes se topan con una valla física y mental.

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Les construyeron un muro, y lo convirtieron en espacio de protesta. Un día después de desplegada la barda, las mujeres demostraron que nada las detiene. Siguen alzando la voz, pidiendo justicia, protestando por las que ya no están. Las vallas, se volvieron pizarrón. La muralla, se convirtió en oportunidad para visibilizar y enlistar los nombres de cientos de víctimas de feminicidio.

A estas alturas, deberían saberlo ya: no hay forma de callar los justos reclamos de las mujeres. Por más que lo intente quien lo intente, tratar de silenciarlas, provocará el efecto contrario.

En México están matando mujeres por ser mujeres. Diez en promedio, cada día. A diferencia de los hombres, a ellas las matan por su condición de género. Por odio. Por machismo. Hasta ahora, las instituciones han sido incapaces de prevenir y castigar la violencia contra las mujeres; incapaces de ofrecerles garantías de justicia.

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Admiración al movimiento y a las mujeres que alzan la voz; por su valentía y su sentido de urgencia; por su capacidad de organización y de cimbrar lo público. México las necesita. Las necesitamos vivas, empoderadas, haciéndose sentir y escuchar. Su ejemplo de lucha, inspira. Son un movimiento democratizador. Son bocanada de aire fresco. Son impulso para un país agraviado y dolido. Son indispensables. Todas son indispensables. Ni una menos. 

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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