COLUMNA INVITADA

De la transición de las petroleras y otras historias

Históricamente el petróleo se ha entendido como un combustible, por lo que las refinerías se enfocaron en transformarlo en gasolinas y diésel, sin embargo, deberán de ser reconfiguradas para obtener productos petroquímicos (materia prima) y turbosina

OPINIÓN

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Jorge Lavalle / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El compromiso de diferentes naciones se encamina a tener un balance cero en emisiones de carbono, para ello cada plan contempla diferentes estrategias que limitan o disminuyen el uso de combustibles fósiles, entonces, ¿cuál es el destino de la industria petrolera? ¿seguirá siendo necesaria? ¿qué acciones han tomado para transformarse?

Históricamente el petróleo se ha entendido como un combustible, por lo que las refinerías se enfocaron en transformarlo en gasolinas y diésel, sin embargo, deberán de ser reconfiguradas para obtener productos petroquímicos (materia prima) y turbosina. Platts observa que: (i) para alcanzar la meta de no aumentar más de 2° C, la electrificación del transporte ligero y pesado permitirá consumir para 2050 una quinta parte de los combustibles respecto a la demanda de 2018; (ii) para 2030 se espera que el 38% de la demanda del petróleo provenga de la industria petroquímica; (iii) los biocombustibles desplacen parte de la demanda de gasolinas y diésel; y, (iv) el incremento en la eficiencia del transporte permita un menor uso de combustibles.

Sin embargo, seguirá el incremento de la capacidad instalada de refinación, donde África, Latinoamérica y Medio Oriente serán las principales regiones en crecimiento; alrededor del mundo, se espera construir refinerías que procesen 7.5 millones de barriles diarios para 2030.

Uno de los principales obstáculos en diferentes países serán las estrictas regulaciones ambientales, las cuales exigen disminuir el contenido de azufre de sus productos, alcanzando niveles menores a 10 partículas por millón, y añadir tecnologías como los sistemas de captura de carbono (SCC), que actualmente tienen un costo entre 52 y 60 dólares por tonelada almacenada.

En la visión de BP, en 2050 se habrá disminuido entre un 20% y 65% el uso de combustibles como energético primario, lo cual será sustituido por fuentes renovables de energía. Sus metas para 2030 se enfocan en (i) generación de energía de bajas emisiones de carbón, donde el gas natural será la tecnología central para la transición e invertir en desarrollo de tecnologías de hidrogeno y SCC; (ii) mejorar el negocio minorista; y, (iii) orientar los beneficios de los hidrocarburos, buscando transformarse en una compañía de energía. Para este último punto ya ha iniciado la comercialización de 214 terawatts-hora en 2020, buscará asociarse con 15 ciudades para reducir emisiones y diversificar su inversión en 38 nuevos proyectos.

Pemex estableció metas en su plan de negocios de 2018 enfocadas en disminuir sus emisiones y uso de energías provenientes de fuentes renovables, así como la obtención de productos más limpios. En 2019 y 2020 no se refrendó dichos cometidos, por lo que queda la pregunta ¿qué acciones tomará para transformarse?

Por JORGE LAVALLE
SOCIO DE ACCURACY LEGAL AND CONSULTING
@JLAVALLEMAURY

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