Conmemorar es traer a la memoria los hechos o los personajes que han trascendido en nuestra vida personal y colectiva; es algo más que recordar: es la reiteración en el tiempo de los compromisos asumidos ante la influencia del hecho histórico o de la persona que evocamos.
Al cumplirse un aniversario más de la desaparición física de Luis Donaldo Colosio, de la trágica e inesperada muerte del líder político, del candidato presidencial, del compañero de luchas ideológicas, del camarada, del amigo inolvidable de muchos, quienes tuvimos el privilegio de compartir con él su tiempo y sus circunstancias, sus ideas y sus afanes, hoy refrendamos nuestro empeño por el recuerdo activo, permanente y comprometido con su legado político.
Nuestro mejor homenaje debe ser mantener vivo su recuerdo y sembrar la vigencia de sus propuestas en el ánimo creador de los jóvenes de hoy. Debemos tener la capacidad de transmitir a las nuevas generaciones el proyecto político de Luis Donaldo Colosio; su propuesta de reforma del poder para terminar con los excesos y abusos de su ejercicio. Su proyecto de reforma social para abatir la pobreza y los rezagos en los que siguen viviendo millones de mexicanos. Su propuesta de reforma del sistema político para construir un régimen plenamente democrático.
Debemos decir a las nuevas generaciones que Colosio no es sólo un recuerdo en el calendario onomástico; que Luis Donaldo Colosio es símbolo vivo de lo que debe ser la vocación política como un ejercicio de servicio permanente a la nación; que el legado de Colosio está al alcance de sus manos, como estafeta que espera ser retomada por el idealismo creador de una juventud comprometida con México.
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Luis Donaldo Colosio vive en el sentimiento de quienes tuvimos el privilegio de su amistad y de la coincidencia en proyectos y trabajo político; porque el vértice de nuestro encuentro siempre fue México. Colosio vive en el pensamiento de los mexicanos que siguen sosteniendo con la fortaleza de su esperanza el proyecto de nación que surge de la primera revolución social del siglo XX.
Luis Donaldo Colosio vive en el ánimo de los militantes de su partido político, de nuestro partido, ante la oportunidad de recuperar el rumbo de la República para dar respuestas claras al México con hambre y sed de justicia que motivó su fecunda inconformidad.
Hoy lo recuerdo así, como él era: buen camarada, jefe exigente, amigo generoso, cómplice en la bohemia y en los sueños; reflexivo y parco en el hablar, pero prolijo en las ideas y en la acción.
El mejor homenaje a su memoria será nuestro compromiso actuante de luchar por concretar las ideas que le dieron motivo, razón y rumbo a su existencia, en esta encrucijada de nuestra historia patria.
POR JOSÉ ENCARNACIÓN ALFARO CÁZARES
@JOSEEALFARO
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