COLUMNA INVITADA

Vicente Rojo

A finales de la década de los 50 del siglo pasado, un joven catalán de apenas 17 años de edad llegó a nuestro país siguiendo a su padre y escapando de la opresión de la España franquista

OPINIÓN

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Bernardo Noval/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Setenta años después, Vicente Rojo se convertiría en una de las figuras más importantes en la historia de nuestro país, galardonado en vida con diversos premios y reconocimientos como el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1991), el grado Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (1998) y la Medalla Bellas Artes (2011). Así como, desde 1993, ser Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte y a partir de 1994, miembro del Colegio Nacional.

Vicente Rojo siempre participó activamente de una extraordinaria pluralidad de actividades tan diversas que abarcaron disciplinas como la escultura, la gráfica, la edición, la promoción cultural, y principalmente, la pintura y el diseño gráfico.  

El artista comentaba que una de las preguntas frecuentes que le hacían era como había podido desarrollar dos profesiones que algunos suponen opuestas, como el diseño gráfico y la pintura; a lo que él siempre respondía con claridad: “Yo me considero ante todo un trabajador de por y para la cultura […] y trabajar por la cultura es trabajar por la vida”; y así fue como toda su vida colaboró en pro del desarrollo cultural en México.

Además de su significativa participación en la renovación artística de nuestro país con la Generación de la Ruptura, su obra plástica se transformó de forma constante por más 50 años. Desde los años 70, su producción pictórica más que dividirse en etapas, se clasificó en series creadas aproximadamente por periodos y de las que destacan: Señales, Negaciones, Recuerdos, México bajo la lluvia y Escenarios. En cada obra de cada una de estas series, Rojo partía de un esquema plástico determinado, en el que intentaba arrancar toda expresividad. En distintas ocasiones, haciendo referencia a esta forma de trabajo seriado, el artista señaló que su pintura “era un trabajo en rotación”.

Por otro lado, Rojo ejerció un papel fundamental en la nueva cultura editorial y literaria de la segunda mitad del siglo XX; así como en el pensamiento crítico que en esa época se conoció como “nueva izquierda”. Asimismo, su contribución como diseñador y editor fue crucial para la historia y desarrollo de la industria editorial mexicana.

En una época en la que el diseño no existía como disciplina constituida, fungió como pieza clave en el desarrollo de esta disciplina, en la que abarcó el diseño de libros, portadas, carteles, casas y colecciones editoriales; así como la participación en suplementos culturales y revistas, tales como México en la Cultura, Artes de México, los Cuadernos de Bellas Artes, Diálogos y muchas otras publicaciones, donde se desempeñó como director artístico o editor. Sus obras en este campo se cuentan por miles y en este sentido es que siempre fue reconocido como el precursor referencial de la profesión del diseño editorial en México y con él, de generaciones de diseñadores.

Vicente Rojo supo unir en su actividad creadora estas dos facetas y muchas otras más con una diversidad de conexiones. Su legado continuará por siempre no sólo  con su obra pictórica, también a través de todos los productos e industrias culturales que creó durante toda su vida.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL
@MUSTWANTEDG 

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