¡Cuánta ingratitud! Exclamaría el osito Bimbo si pudiera hablar. Primero felicitan a la empresa que produce conchas, chilindrinas, hojaldras, cuernos, donas… por tener presencia en más de 30 países del mundo. Les dice a sus dueños que es un orgullo para México porque contribuye a la sana alimentación del pueblo; ejemplo para que tanto el sector público como privado trabajen de manera conjunta en el crecimiento económico de la nación… y después los agarran a “toallazos” prohibiéndole, primero, utilizar la imagen del animalito en sus empaques, por eso del etiquetado de la nueva NOM51, y posteriormente la acusan de beneficiarse de los subsidios de las tarifas eléctricas.
Todas esas “flores” a las que nos referimos, se las echó el Presidente de la República en diciembre pasado cuando Bimbo inauguró el nuevo centro de distribución en la ciudad de México, el más grande del mundo para que no hubiera duda.
Te podría interesar
Pero la semana pasada balconeó a la empresa del osito diciendo que paga por el consumo de luz menos que un jacal. “Los grandes subsidios de electricidad son para las empresas comerciales”, dijo y le dejó la víbora chillando a los Servitje, dueños de las empresas del mencionado animalito.
Cualquiera podría pensar que alguien está mal informando al Presidente sobre el tema de las tarifas eléctricas y los subsidios a las grandes empresas, que durante muchos años otorgó la Comisión Federal de Electricidad, pero quienes lo conocen insisten en que, por un lado es parte de su discurso anti empresarial, y por el otro está obsesionado porque los susodichos corporativos fueron los más beneficiadas por los gobiernos neoliberales, quienes les otorgaron jugosos negocios, les perdonaron deudas, les otorgaron los mejores financiamientos a través de la llamada “banca del subdesarrollo” (Nacional Financiera y Bancomext, principalmente), y siempre pone como ejemplo al señor Claudio X. González, y de paso al junior.
Por supuesto, nadie se atreve a corregirle la plana.
Hablando de subsidios, la subsecretaria de Desarrollo Social y Humano de la secretaría del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, hizo el siguiente descubrimiento ante su Jefe, patrón y guía espiritual: “Estamos despertando de una noche neoliberal que duró más de treinta años, donde se arraigó la visión de que los subsidios del Estado sólo eran necesarios para aumentar la actividad de los sectores económicos y financieros, y que dirigirlos a los más pobres traería únicamente pérdidas a las arcas nacionales”. ¡La demagogia, pues!
El secretario del Bienestar, Javier May no quiso quedarse atrás en los elogios a los programas sociales que instrumentó el líder de masas e ídolo de multitudes y afirmó: México es ya referente mundial en compra de votos, perdón, en reforestación con el programa sembrando votos, otra vez perdón, Sembrando Vida, y logró un relevante impacto económico en esta coyuntura marcada por la pandemia con el programa de microcréditos Tandas para el Bienestar. Lo menor está por venir el próximo 6 de junio cuando todos los beneficiarios de los programas sociales salgan a votar por MORENA, le faltó decir.
Con eso, y con el anuncio de que la pensión universal a los de 65 años se incrementará a partir de julio para llegar al doble en 2024, ya amarraron el triunfo.
Por LUIS SOTO
LUISAGENDA@HOTMAIL.COM
@LUISSOTOAGENDA
maaz