DES... PROPÓSITOS

México: Perspectiva económica favorable

Hay que aprovechar las ventajas que ofrece el T-MEC, sin dejar de lado otros tratados como el firmado con la Unión Europea

OPINIÓN

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Agustin Garcia Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Haber atravesado por un tortuoso año 2020 en que la actividad económica de prácticamente todo el mundo se engarrotó, ha significado un gran golpe para muchos países, lo que requerirá de grandes esfuerzos para recuperar lo perdido. En el caso de México, la economía sufrió un descalabro mayúsculo al retroceder alrededor de 9%, cifra no registrada desde hace lustros, lo que ha repercutido en términos de reducción de empleo, indicadores de bienestar social y una mayor concentración del ingreso.

Lo anterior, por tanto, demanda de una política económica audaz e inteligente, capaz de recuperar lo perdido y, más aún, delinear un programa tendiente al desarrollo de proyectos productivos específicos que aprovechen las ventajas comparativas del país, como se ha hecho en muchos otros del mundo. Corea del Sur, Singapur, Taiwán y últimamente, para sorpresa de muchos, Vietnam. Todo ello, naturalmente, acompañado de políticas fiscales y monetarias congruentes que incentiven la inversión privada nacional y extranjera.

De fundamental importancia será aprovechar las ventajas que ofrece el T-MEC, pues sin duda el repunte esperado en la economía norteamericana a partir del segundo semestre del año significará una gran oportunidad para reimpulsar la industria nacional en general, en especial la mediana y pequeña, nicho importantísimo para la generación de nuevos empleos. Ello de ninguna manera significa dejar de lado otros tratados firmados por México, como el TLCUE (con la Unión Europea), o el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), por sólo mencionar algunos, aunque el más importante para la economía mexicana, es sin duda, el signado con los países de América del Norte, con quiénes ya se tienen estructuradas una gran cantidad de cadenas productivas estrechamente integradas.

En paralelo tendrá que delinearse una política fiscal que a más de no desincentivar la inversión privada la apoye y promueva en todos sentidos, pues ello habrá de generar una gran certidumbre y efectos multiplicadores con la consecuente incubación de nuevos círculos virtuosos en pro de una mayor producción y productividad que permita una mayor competitividad de nuestras exportaciones.

En términos de política monetaria, también habrá que ser cautos y no pecar de audacias indebidas ante esta nueva oportunidad de crecimiento, pues un descontrol en el mantenimiento de los márgenes objetivo del índice inflacionario podría implicar movimientos no planeados del tipo de cambio peso-dólar lo que afectaría la estabilidad económica y el índice de confianza nacional e internacional en la economía.

De aquí que el actual manejo de la política de tasas de interés debe hacerse con gran cuidado siguiendo muy de cerca las decisiones que en esa materia tome la FED-Banco Central de EU, pues de ello depende la posibilidad de seguir captando recursos que fortalezcan al peso. Una baja de tasas mas allá de 4% anual, si bien sería un estimulante dudoso para elevar la demanda de crédito para llevar a cabo nuevas inversiones en el país, sí sería un desincentivo para  la atracción de flujos de capital provenientes del extranjero lo que presionaría la paridad cambiaria y pudiera convertirse en un detonador del índice inflacionario. Otro aspecto que en este sentido no puede pasarse por alto es que el muy probable crecimiento explosivo de la economía norteamericana esperado para éste año, que algunos analistas estiman podría alcanzar hasta 9%, fortalezca al dólar en mercados internacionales lo que podría hacer aún más vulnerable la relación peso–dólar.

Todo lo anterior, por supuesto, deberá ser acompañado por políticas públicas responsables que ofrezcan certidumbre  a la inversión, como lo han hecho muchos países exitosos económicamente, como es el caso de China, que a partir de las certeras políticas reformatorias y de reapertura iniciadas hace 40 años por Deng Xiaoping hoy se ha convertido en potencia económica mundial.

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA ECONÓMICO
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM

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