La terrible pandemia que sigue arrasando con el globo no ha terminado de desquitarse con todo lo que odia. Muerte inmisericorde a su paso; familias enteras desaparecidas bajo la estrecha sombra de la enfermedad. El mundo post apocalíptico se aferra a su esencia e intenta resurgir desde lo más profundo de su dolorosa entraña. Nada será igual. Cierto. Como bebés recién nacidos, tendremos que aprender a vivir. Reinventarnos.
La Fiesta de los Toros, quizá ajena a lo nuevo, reacia al cambio, sufrió un bofetón tremendo cuando apareció el coronavirus. Si un espectáculo debe admirarse en vivo es precisamente esta fiesta que tiene, paradójicamente, tanto de nueva como de anacrónica. Renace y muere tarde tras tarde en un ciclo interminable. Es el único espectáculo artístico en el que al actor le pasan cosas reales. Por eso pervive. Por su derramamiento de sangre, por su verdad, por su brutal humanidad. Han cambiado las modas (y las modas de hoy dictan que no es cool ir a los toros porque en el ruedo se sacrifica a un “pobre animal indefenso”). Pero los modos continúan intactos, y ellos se encuentran resguardados por la doctrina y el magisterio, por los valores que encarnan las corridas de toros, pues el toreo es probablemente la universidad más completa a la que uno puede acudir. En esa universidad virtual se enseña, sobre todo, integridad. Quizá el valor más elevado al que pueda aspirar un ser humano.
Es por ello que resulta loable el esfuerzo que ha realizado Tauromaquia Mexicana en los últimos años; probablemente la única entidad taurina que ha demostrado auténtica unión y resolución para soltarse el pelo y encarar de frente al enemigo (el de afuera y el de adentro, que es mucho más peligroso). Antes fueron los ataques infundados y abyectos que siempre obedecieron a intereses políticos de la más baja estofa. Más lo de siempre: la envidia, el encono, la necesidad casi patológica del propio “taurino” de actuar con deshonestidad a costa de todo.
Tauromaquia Mexicana parece ser ese ente catalizador de pasiones; esa rara avis que de manera autónoma pretende conciliar los más diversos intereses. Siempre por amor a una fiesta a la que se le ha dado la extremaunción en diversas ocasiones. Pero el espectáculo taurino vive. Aguantó la pandemia. Y quiere vivir para contarla.
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Como dictan los tiempos, mediante una conferencia de prensa vía Zoom, Tauromaquia Mexicana y las empresas Zacatecas, Tierra de Toros y Tauro Espectáculos, dieron a conocer una serie de festejos y coloquios a llevarse a cabo entre los días 19 y 21 de marzo. Se trata de cuatro corridas de toros a la usanza mexicana (los diestros partirán plaza vestidos de charros) a beneficio de Tauromaquia Mexicana.
El viernes 21 de marzo, a las cuatro de la tarde, harán el paseíllo Uriel Moreno El Zapata, Luis David Adame y Diego Sánchez para matar una corrida de Los Encinos. Por la noche, en el Salón de la Plaza, habrá un coloquio llamado “Los mitos del toreo”, en el que participarán el doctor Julio Fernández y José Carlos Arévalo.
El sábado a las 12 del día se dará el segundo festejo de la serie. Toros de Boquilla del Carmen para Fermín Rivera, Sergio Flores y José María Hermosillo, mientras que a las cuatro partirán plaza José Mauricio, Diego Silveti y El Calita con toros de Montecristo. En el coloquio nocturno se platicará acerca de “Experiencia, Tientas y Técnicas de Nuevas Herramientas” con Germán Mercado, Eduardo Martínez, Juan Pedro Barroso y Manuel Sescosse.
El domingo se cierra el ciclo con una charla del filósofo francés Francois Zumbiehl: “La Tauromaquia post pandemia”. Por la tarde partirán plaza Arturo Macías, Juan Pablo Sánchez y Leo Valadez, para enfrentar un encierro de Jaral de Peñas.
Para dar los pormenores del serial de festejos, hicieron uso de la palabra Manuel Sescosse, representante de la empresa zacatecana. A nombre de los toreros habló Arturo Macías, mientras que Germán Mercado y Eduardo Martínez dieron a conocer las combinaciones del atractivo serial. A nombre del empresario de Tauro Espectáculos (Juan Antonio del Hoyo) habló el matador de toros Ignacio Garibay, mientras que José Saborit, director de Tauromaquia Mexicana, explicó a grosso modo el funcionamiento de esta “nueva realidad” ¡Suerte!
POR JORGE MURRIETA.
@JORATLA
jram