TRES EN RAYA

Farmacéutica PISA y la ‘otra corrupción’

Si el gobierno no quiere que sea PISA quien venda los medicamentos, tiene la obligación de encontrar otro proveedor y que no ocurran desabastos

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México Foto: EspecialCréditos: FOTO: Especial

Es bien sabido que una vez que el presidente López Obrador decide irse contra un enemigo, real o imaginario, la emprende contra este sin importar si la evidencia señala error en su decir o en su actuar.

Teniendo como marco el 15 de febrero, día internacional del cáncer infantil, el gobierno federal no se decidió a detener de tajo el desabasto actual de medicinas para vencer dicha enfermedad. Eso sí, el primer mandatario se lanzó en contra de la farmacéutica PISA.

Acusó a esa compañía (sin ofrecer públicamente prueba alguna) de orquestar una campaña contra su gobierno porque la 4T le quitó a esta el monopolio que tenía en la venta de medicamentos contra el cáncer. Aventuró a decir que PISA tiene suficiente poder de mercado incluso para impedir que el gobierno de México realice compras en el extranjero. Su dicho fue: “estamos comprando los medicamentos afuera y están queriendo meterse para seguir ellos acaparando las compras”.

Olvida que, desde 2019, fue la administración federal la que no ha permitido que PISA adquiera los insumos necesarios para fabricar los medicamentos oncológicos, así realizar la venta de sus productos en diferentes nosocomios del país.

Y ello no es una cuestión menor ante un escenario donde cada 90 minutos se registra un nuevo caso de cáncer infantil, mientras que cada cuatro horas muere un niño por dicha enfermedad en nuestro país. Estas cifras se han convertido en miles de familias desgarradas por la pérdida de un hijo o por estar enfrentando un infierno al no tener medios para pagar los tratamientos

Las estadísticas mundiales señalan que, con un tratamiento a tiempo y correcto, las probabilidades de que un niño sobreviva a un cáncer sobrepasan el 80%. En México, sin embargo, la tasa de supervivencia es del 51%. Si bien la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer considera que no se puede decir que este porcentaje guarde una relación directa con los recortes al sector salud, también agrega: “el efecto de los recortes y del desabasto aún no es posible conocerlo”.

Lo que es un hecho, en esta nación como en cualquier otra latitud del mundo, es que el cáncer infantil se complica por falta de medicamentos, y que en México el desabasto en algunas regiones y centros de atención hospitalaria lleva casi dos años sin alcanzar una solución. Somos testigos silenciosos de un drama que cercena la vida a más de 2,100 pequeños al año en nuestro país.

Ante lo cual cabe la pregunta: ¿no será toda la argumentación al revés? Esto es, ¿no pudiera ser que los procesos mal ideados y peor implementados por parte de la Cuarta Transformación hacen imposible que la farmacéutica PISA (o para el caso cualquier otra) cumpla satisfactoriamente con lo que absurdamente está exigiendo el gobierno?

Lo anterior sin mencionar que, al hablar de procesos viciados y corrupción solapada, la 4T también tiene sus farmacéuticos consentidos, como es el caso de Carlos Lomelí. Este no solo fue superdelegado del gobierno de López Obrador en Jalisco, ahora es precandidato de Morena para disputar la la alcaldía de Guadalajara. Y si bien su empresa fue encontrada en falta y sancionada por la Secretaría de la Función Pública, a la misma ya se le levantó el castigo.

Increíble que siendo PISA una compañía que exporta a los Estados Unidos (país que tiene altísimos niveles de exigencia demandados por la FDA), así como a distintos países de América Latina, en México no se le permita vender sus productos.

Si el gobierno de la 4T no quiere que sea PISA quien venda los medicamentos, tiene la obligación de que, en el proceso de encontrar otro proveedor —o que el Estado se vuelva autosuficiente vía una empresa pública, como está de moda para el lopezobrdorismo—, no ocurran desabastos. En caso de haberlos, no es válido que el presidente culpe de ello a la empresa a la cual le ha negado comprarle.

No ofrece ningún consuelo a los niños con cáncer ni a sus familiares lo dicho por el presidente AMLO: “el movimiento que encabezo es muy perseverante, aunque lleve tiempo se resolverá el problema”. Ellos precisamente de lo que carecen es de tiempo, y tendrán cada día menos mientras no haya medicinas, tratamientos, personal médico y equipo de atención suficiente.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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